El asesinato de un hombre en el centro de la urbe desencadenó una serie de críticas de ciudadanos y autoridades, refiriéndose al aumento de la delincuencia.
Redacción IMBABURA
Ibarra era una ciudad tranquila. Eso repiten cada vez más los ibarreños, incluyendo las autoridades, quienes son testigos del aumento de casos de delincuencia organizada, como robos a domicilios, locales comerciales, asaltos a ciudadanos fuera de entidades bancarias, a pie o los asesinatos en la vía pública.
Precisamente, el reciente caso de sicariato, ocurrido el 16 de marzo de 2022, contra un hombre de 43 años, fue ‘la gota que derramó el vaso’.
Con al menos tres disparos, a eso de las 19:30, en las calles Julio Zaldumbide y Eusebio Borrero, a pocos metros de las oficinas donde funciona parte de la Empresa Pública de Movilidad (EPM), asesinaron a Jaime Cabezas, identificado como abogado y funcionario público, quien en sus redes sociales mostraba actividades públicas como parte de una precampaña a la concejalía de la ciudad, por el movimiento Avanza.
Las reacciones no se hicieron esperar
En redes sociales, aparte del pronunciamiento de autoridades locales, grupos de ciudadanos comenzaron a convocar a marchas y plantones, hablando de una “purga” a la delincuencia en la ciudad, por sus propias manos.
“¡Nos matan en la calle, nos asaltan en nuestro lugar de trabajo! (…). Ibarra nunca ha sido una ciudad violenta, pero hoy tememos por nuestra vida y la de nuestras familias”, dijo la alcaldesa, Andrea Scacco. Además, exhortó a la Gobernación de Imbabura a mantener operativos permanentes con presencia policial, “para que sirvan como elementos disuasivos para prevenir el delito que azota a Ibarra, transgrediendo la paz en la que hemos estado acostumbrados a vivir los ibarreños”.
Primer caso en la localidad
Según la Policía Nacional, este sería el primer caso de sicariato que se registra en Ibarra. Lo denominan de “tipo selectivo”, pues a pesar de que han existido víctimas mortales en medio de hechos delictivos, como asaltos, ninguno ha tenido estas características.
“Al parecer, todo apunta a que es una muerte selectiva, presumiblemente por encargo. Tenían plenamente identificada a la víctima y sus movimientos, para terminar con su vida a bordo de su vehículo, con tres disparos que ingresaron por la ventana izquierda, del lado del conductor, descartando hasta el momento cualquier intento de robo”, expuso extraoficialmente uno de los investigadores del caso.
Tras el suceso, elementos de la Policía Nacional acordonaron el lugar, para recabar evidencias y dar con el o los responsables, así como para esclarecer los motivos del crimen.
Hasta el momento, los uniformados afirman que habrían sido dos personas de sexo masculino, de entre 18 a 24 años, los autores materiales del asesinato de Cabezas.
Allanamientos y búsqueda
Norman Cano, comandante de la Policía en Imbabura, informó que con las primeras evidencias encontradas, se realizaron tres allanamientos en Ibarra, donde se encontraron más pistas que permitirían dar con el paradero de los criminales.
Desde la noche del 16 de marzo los accesos viales y carreteras alternas de Ibarra y la provincia de Imbabura están fuertemente resguardadas por los uniformados.
“La Policía Nacional busca a los autores del asesinato (…), realiza patrullaje en forma intensa y constante en las calles, avenidas y ejes viales. Prácticamente, Ibarra está cercada, se observa policías en todos los sectores, principalmente en las vías de entrada y salida de la ciudad”, informaron.
“Una ciudad sin ley”
Las quejas y protestas por la inseguridad que se vive en Ibarra se incrementaron tras el asesinato de Jaime Cabezas. Los ciudadanos exigen que las autoridades implementen estrategias para reducir los índices delincuenciales.
En lo que va de marzo de 2022, en redes sociales se han viralizado denuncias con imágenes de cámaras de seguridad de sujetos que ingresan armados a locales comerciales o a viviendas. También hay registros de asaltos a transeúntes, comerciantes y robo de vehículos a cualquier hora.
“Ibarra ya no es la ciudad tranquila, ahora es una ciudad sin ley, en un país donde existen policías que son detenidos y enjuiciados por intervenir en medio de actos delictivos, mientras los jueces y fiscales dejan en libertad a los delincuentes”, mencionó Marco Rea.
“Hoy se llevaron a un ciudadano más, que mañana podría ser un familiar nuestro si nos quedamos de brazos cruzados. Absolutamente nadie hace nada por mejorar esta situación que se nos fue de las manos y ahora se desbordó, dejando que la delincuencia haga de las suyas en toda la ciudad, sin sentir ninguna consecuencia por su actos”, acotó Pilar Andrade.
“Ibarra está botada a su suerte, llena de delincuentes, de gente que no tiene el menor respeto de las leyes de ningún tipo y aquí el que debe tener miedo es el honesto, el honrado, porque las leyes de porquería que tenemos en este país amparan a los malandros”, opinó, por su parte, Marco Cadena, en sus redes sociales.
Gobernador dice que es ‘un caso aislado’
El gobernador de Imbabura, Arturo Fuentes, declaró ante medios locales que están constantemente trabajando y activados por mejorar la seguridad, calificando al sicariato de Jaime Cabezas como “un hecho totalmente aislado”, negando que Ibarra o la provincia tengan problemas de inseguridad.
Sin embargo, en la última semana se reportó el asalto a mano armada a una estación de combustible por parte de tres personas, en una avenida central, diferentes tipos de robos a locales del casco urbano y en barrios populosos como Los Ceibos.
Estadísticamente, la Policía en Imbabura maneja la información de que la mayor cantidad de delitos que se cometen en los seis cantones de la provincia son por hombres, de entre 20 y 35 años, en un porcentaje mayoritario de nacionalidad ecuatoriana.
En lo que va del 2022, las denuncias de robos a personas en Imbabura suman 93, mientras que a domicilios van 31. Sin embargo, esta estadística corresponde solo a los casos que llegan a tener una denuncia formal ante las autoridades policiales o judiciales.
La Policía Nacional detalló que la víctima de sicariato en Ibarra ya habría tenido amenazas previas de atentar contra su vida.
Tras cometer el delito, los dos sujetos se fueron caminando con frialdad de la escena del crimen, según la Policía.