Piscina olímpica de Ibarra lleva 25 meses en el abandono

Sitio. Así lucen actualmente las instalaciones, que serán rehabilitadas por fases.
Sitio. Así lucen actualmente las instalaciones, que serán rehabilitadas por fases.

Desde el 2020 las instalaciones están abandonadas, sin embargo una nueva propuesta espera poder rehabilitarla en los próximos meses.

Redacción IBARRA

Han pasado alrededor de 25 meses desde que la piscina olímpica de Ibarra quedó prácticamente en el abandono.

Este espacio, único de sus características en la provincia para practicar la natación, dejó de recibir a los usuarios desde enero de 2020, cuando la Federación Deportiva de Imbabura (FDI) tomó la decisión de cerrarla, argumentando que los costos de mantenimiento eran demasiado altos y ya no estaban en condiciones de asumirlos, dejando a la deriva a decenas de deportistas y aficionados.

La FDI, en su momento, explicó que alrededor de $12.000 se necesitaría como presupuesto mensual para que el escenario esté en óptimas condiciones.

“Hay elevados costos que significa su mantenimiento. En la piscina olímpica no solo es de temperar el agua, hay que mantener en buenas condiciones ese líquido, se necesita energía eléctrica, agua por las pérdidas que se ocasionan (evaporación), personal que trabaja allí para su funcionamiento”, detallaron, en ese entonces.

Las reacciones negativas no esperaron, pero tampoco pudieron impedir que el lugar se cierre. Desde los deportistas y entrenadores, se dijo que la afectación sería directa a quienes entrenan natación y triatlón, principalmente, pero también tomaron en cuenta a los atletas de otras disciplinas que complementan su preparación en el agua.

Desde ese entonces, comentan que han tenido que trasladarse a otros escenarios deportivos para prepararse, incluso fuera del cantón, aunque ninguno cuenta con las medidas reglamentarias olímpicas.

Un ‘salvavidas’

La piscina olímpica de Ibarra fue construida en 1978 por la dictadura militar y la propiedad fue entregada al Gobierno Provincial de Imbabura.

Sin embargo, estuvo desde el 2007 bajo administración y responsabilidad de la FDI, por un convenio de comodato, el cual la entidad deportiva, por la falta de recursos para el mantenimiento, decidió terminar anticipadamente, en enero de 2020.

Ante esto, en febrero de 2022, tras 25 meses de cierre de la piscina olímpica, la Prefectura de Imbabura decidió iniciar el proceso de contratación pública para proceder con el proyecto que permitirá poner nuevamente en operación a este escenario deportivo.

La inversión anunciada bordea los $100.000, con lo que se espera la rehabilitación del sistema hidráulico, área húmeda, instalaciones e implementación del área recreativa, cambio de luminaria y mejoramiento del sistema de calentamiento.

Los trabajos en la piscina olímpica, según la Prefectura, comenzarán desde el presente mes.