Desde los primeros días de abril de 2025, el dólar estadounidense comenzó a cotizar al alza frente al peso colombiano, como consecuencia de los aranceles impuestos a escala mundial por Estados Unidos.
Redacción CARCHI
Este 7 de abril el dólar alcanzó su cotización más alta en lo que va de 2025, frente al peso colombiano, en medio de una creciente incertidumbre económica derivada por las políticas comerciales del presidente estadounidense Donald Trump.
Durante la jornada, la moneda estadounidense superó la barrera de los 4.392 pesos colombianos, lo que marcó un día de fuertes fluctuaciones en el mercado cambiario y una caída significativa en los mercados internacionales.
Según informes de medios como Infobae y El Tiempo, la constante amenaza de una recesión económica mundial, debido a la guerra de aranceles impuesta por Trump, ha dejado al peso colombiano como una de las monedas más golpeadas de América Latina, experimentado oscilaciones entre los 4.352 y los 4.435 pesos por 1 dólar.
Especialistas citados por diversos medios internacionales expresaron su preocupación ante la persistente depreciación del peso. Señalan que, de continuar esta tendencia, el poder adquisitivo de los colombianos podría verse seriamente afectado.
Además, advierten que el aumento en el valor del dólar podría hacer más costoso el acceso a bienes y servicios importados, lo que incrementaría la inflación y dificultaría la estabilidad económica colombiana.
Efectos en zonas fronterizas
La devaluación del peso colombiano también tiene un impacto considerable en las ciudades fronterizas de Ecuador, como Tulcán, la capital de la provincia de Carchi.
En situaciones como esta, cuando el dólar se fortalece frente al peso, los compradores ecuatorianos optan por realizar sus compras en Colombia, lo que afecta negativamente a los negocios locales en Ecuador.
Este fenómeno también se extiende al turismo, ya que los colombianos, al notar que los costos en dólares son más altos, prefieren no viajar a Ecuador si los gastos se disparan.
Desde el sector exportador, las empresas que compiten con Colombia también enfrentan mayores desafíos. Los productos que no son colombianos se vuelven más caros para los compradores de ese país y más baratos para quienes tienen monedas estables.
Por ejemplo, si un empresario ecuatoriano vendía una prenda de vestir en 5 dólares, antes de la devaluación del peso, el precio para un comprador mayorista colombiano era de aproximadamente 21.000 pesos. Ahora, con la depreciación del peso, el mismo producto le cuesta al comprador colombiano más de 22.500 pesos, lo que afecta la competitividad en mercados internacionales.
Este panorama no es nuevo para Colombia. En 2022, con la llegada de Gustavo Petro a la Presidencia, la moneda colombiana también experimentó una fuerte devaluación, alcanzando cotizaciones cercanas a los 5.000 pesos por dólar, cifras que históricamente son las más altas.
Por el momento, expertos internacionales advierten que el impacto económico de esta crisis arancelaria sigue siendo incierto, pero la tendencia de los últimos días sugiere que Colombia tendrá que afrontar desafíos significativos en su economía en los próximos meses, por lo que instan a que se tomen medidas rápidas para mitigar el impacto en el poder adquisitivo de los ciudadanos y en la competitividad de los productos nacionales.