Pobres y virtuales pero dignos

Resistimos una campaña confusa de dieciséis binomios expuestos en un quiosco de naderías y dos o tres nombres de aspirantes sensatos.

Los candidatos se han presentado en los medios de comunicación y en paneles entrevistados por periodistas y pensadores. No se han quedado quietas las redes sociales y los medios virtuales. Publicaron el pensamiento, la voz, la figura, así como la actitud de cada uno. Unos nerviosos, otros agresivos. Han planteado soluciones a los problemas como si se tratara de un país desconocido, lejano o ficticio. Hablan cosas absurdas, ridículas o simplemente tontas.

Hay una frase popular que calza perfectamente en la campaña: cada país tiene el presidente que merece. Ojalá se trate sólo de una afirmación.

Basta dos margaritas para confirmar las ideas deslumbrantes de mentes disparatados que pueden pasar a la antología del absurdo.

Aquí va la primera descarga. Araúz, alumno ilustre del caudillo Rafael Correa, refiriéndose a la economía, explica: Implementará la minería inversa, una original propuesta económica: “Vamos a aportar 30, 35 celulares viejos, y a partir de ahí extraer los minerales, el oro. No tenemos que hacer una explotación de las minas y sacar la tierra de nuestro país”. De cada celular se puede extraer 20 miligramos de oro, es decir, de los 25 millones de teléfonos, 610 kilogramos. La minería inversa le dejaría al país 36 millones de dólares. Para sacar el oro, cada celular sería desarmado, y este trabajo tiene un costo de USD 2. Es decir, 50 millones. Con este negocio el país quedaría con una deuda de 14 millones (Villavicencio).

Un voto fantástico para una oferta económica fantástica. Un candidato de imaginación original. Con el dinero de la minería inversa, podríamos aplicar el pago inverso de la deuda externa. Lo inverso: podríamos prestarle dinero al FMI y al Banco Mundial que serían deudores de nuestro país. Desarrollo inverso con una economía inversa. El candidato Andrés Arauz, ofrece un modelo económico y social incompatible, contundente y veloz para desaparecerle al Ecuador del mapa geoeconómico, aunque estaría en color luminoso en el mapa geopolítico de idiotas. Vamos por el voto inverso. Perdón por la repetición de la palabrota “inverso”.

La otra flor asombrosa nos ofrece Yacu, candidato híbrido que quiere ser indio siendo mestizo. No es de aquí ni de allá, hijo del viento. Poético. Yacu, agua, cielo de nubes de agua en estado gaseoso. Océanos, ríos, agua en estado líquido. Nevados, polos, glaciares de agua en estado sólido. Nuevo estado físico del líquido vital: agua virtual. Ultimo invento de científicos para políticos de las naciones del mundo de “mensos”.

Quiere exportar agua virtual que está en cada alimento. Agua virtual la encontramos en todas y cada una de las frutas, desde el plátano, el mango, hasta la tuna. También en los animales, digamos en los cerdos y pollos, así como en los peces, camarones y conchas. Agua hasta en los huevos. Imaginemos a Ecuador con cifras exorbitantes de exportación de agua virtual. Economía virtual. Por supuesto, en esta pandemia ya estamos con hospitales virtuales, educación virtual y corrupción virtual. Mi voto será virtual para este candidato virtual, de un país de gente virtuosa, inteligencia suprema y millones de pobres virtuales, pero dignos. La otra perla es el loco que ama, aunque está únicamente de candidato para asambleísta, no hace falta analizar su perfil, suficiente repetir su frase famosa: Viva la patria, carajo. Candidatos listos para las posibles elecciones ilegítimas.