El espacio público

El espacio público es otra víctima que deja la pandemia causada por el coronavirus, en la persecución a los vendedores ambulantes, mi forma de pensar es: no hay que perseguir a los vendedores ambulantes, pero si controlar el desorden que pueden originar. Si antes de esta los principales centros urbanos de las grandes ciudades de nuestro país ya carecían de problemas por la invasión de un determinado lugar que es de todos esto afectaba de forma directa a los comerciantes, a los transeúntes y hoy parece que este fenómeno se ha multiplicado especialmente en las ciudades más pobladas y grandes como lo son Quito, Guayaquil , Cuenca, Ambato y Manabí, en las cuales las autoridades han actuado con mano dura para evitar un rebrote de una segunda oleada de la pandemia.

A lo anterior podemos manifestar el inusual auge de población migrante; que se encuentra en las calles compitiendo por un espacio para poder desarrollar cualquier actividad que les provoca sin respetar, ni tener conocimiento de las normas elementales de seguridad y sanidad que los COE Cantonales, Provinciales están coordinando en este caso de emergencia por la pandemia. Las autoridades de gobierno deben tener ya un plan de contingencia, para organizar debidamente esta actividad o crear una política pública para la buena organización durante el tiempo que dure la emergencia sanitaria, evitando de esta manera que el caos y desorden proliferen en todos los ciudadanos del país traduciéndose de esta manera en focos inseguros por la falta de control sanitario.

Tenemos que educar bien a la gente para que en los espacios públicos haya una vigilancia más eficaz, para evitar aglomeraciones y el uso obligatorio de la mascarilla o tapabocas, ya se acerca la temporada de fin de año y muchas personas se ven tentadas por salir a la calle, la Alcaldía de Guayaquil anunciado una estrategia, para hacerle frente a la inseguridad.