La Provincia Azul

La Provincia de Imbabura ha sido el centro de atracción para los turistas que buscan el goce de lugares hermosos, la exquisita gastronomía y gente extraordinaria. Los paisajes de Imbabura han sido el principio de inspiración de escritores, artistas visuales y músicos. Basta recordar el consagrado pincel de Rafael Troya, la pluma de Carlos Suárez Veintimilla; músicos y compositores como Segundo Luis Moreno Andrade. Ellos han arrancado de este lugar ecuatoriano las mejores estrofas, imágenes y notas, con el misterioso sentido ecuatoriano. El paisaje influye en la creación del arte y en la actitud de las personas sensibles y generosas

La provincia comienza en el nudo de Mojanda Cajas. Después de pocos minutos de la frontera de la Provincia de Pichincha, es impresionante observar el lago San Pablo. El lago ritual de los Otavalos, y ahora el lugar de artesanos de la totora de San Rafael. Más al sur está Otavalo, ciudad añeja arrullada por el río Machángara. Otavalo “luz de la mañana recién nacida”, hembra que canta la canción de le eterna primavera.

Al noroccidente aparece el Cotacachi, cerro volcánico. Su cumbre se eleva a los 4.939. el primero en ascender fue Edward Whymper en el año de 1892. El Cotacachi es una empinada montaña con múltiples peñascos atractivos para escalar. La cima está formada con dos cúspides separadas por una pequeña ensillada. El volcán ofrece un escenario natural único de la provincia.

La Laguna de Cuicocha fue el máximo santuario para el culto religioso de sus habitantes y está ubicada en el interior del cráter del volcán Cuicocha que se originó tras una explosión volcánica hace miles de años. Se encuentra a una altura de 3068 msnm, su cráter tiene un diámetro de 3 Km y aproximadamente 180 metros de profundidad. En el centro se elevan dos islotes Teodoro Wolf y Hermano Miguel. Los deshielos del volcán mantienen la laguna.

Al costado oriental de la provincia, en dirección de sur a norte, se levanta el cono del monte imponente Imbabura, dios eminente de las tribus aborígenes. En su falda azul y verde, se recuesta sosegado el bello lago San Pablo, rodeado de lugares fascinantes. Crecen con libertad totoras, centenarios eucaliptos europeos, sauces llorones. Las parcelas y huertos de los campesinos se amplían formando un mosaico de figuras de colores hasta los helados pajonales.

Al noreste del Imbabura, sacan la cabeza el Cubilche y Cunru. Mientras en la lejanía del horizonte se insinúa la cima blanca y reluciente nevado Cayambe. La cordillera de Angochagua se ensancha hacia el norte en las alturas de Yuracruz, y más al norte, distante la cordillera de Pimampiro.

Al final de las faldas del Imbabura desciende un valle de matices verdes. Ahí está la ciudad blanca de Ibarra. Al norte de la ciudad de Ibarra está encajado el histórico lago Yaguarcocha de aguas verde azuladas. Hacia el sur, la parroquia histórica Caranqui, antiguo centro de la realeza donde nació el heroico Atahualpa, y al occidente la parroquia de San Antonio, centro artístico de la madera.

Imbabura es un destino turístico permanente. Esta provincia conserva una diversidad importante de culturas. Paisajes andinos dominados por el volcán Imbabura y Cotacachi y numerosos lagos. En sus orillas se asientan ciudades y comunidades indígenas, que aún conservan sus ritos y tradiciones. Imbabura, una postal extraordinaria, la provincia más hermosa del Ecuador continental, abierta al viajero con fascinantes sorpresas.