La muerte se queda sin espacio en el Cementerio de Tulcán

Atractivo. Las más de 300 figuras de ciprés convierten a este cementerio en un atractivo turístico.
Atractivo. Las más de 300 figuras de ciprés convierten a este cementerio en un atractivo turístico.

La problemática se agravó con el aumento de defunciones por la pandemia de COVID-19.

Redacción TULCÁN

Cada vez son menos los espacios para enterrar a los difuntos, en un cementerio que es considerado un sitio turístico y Patrimonio Nacional.

El camposanto José María Azael Franco, famoso a escala local e internacional por sus figuras gigantes forjadas en árboles de ciprés, atraviesa una situación crítica en cuanto a lo que se refiere a sepultar restos mortales. Paradójicamente, el sitio se reactiva con la visita de decenas de personas que llegan a fotografiarse junto a las esculturas naturales en medio de tumbas.

 Medidas emergentes

En el cementerio municipal de Tulcán hay unas 19.000 tumbas, pero los espacios disponibles para entierros, actualmente, no llegan ni a 150. La situación es crítica desde 2019, cuando se registró un incremento de fallecidos por la pandemia de COVID-19.

Precisamente, a mediados de 2019, los espacios para entierros eran solo siete, en todo el cementerio, por lo que las autoridades locales decidieron abrir nuevos nichos, logrando, hasta mayo de 2022, una disponibilidad promedio de 100 lugares.

Desde la administración del cementerio se aclara que este tipo de medidas han sido emergentes, para solventar los múltiples problemas que se encontraron en el camposanto, hace tres años, advirtiendo que en un periodo máximo de 10 años ya no existirá ni un solo espacio para más entierros.

Ante esto, se analiza presentar una ordenanza para establecer un nuevo sistema rotativo de exhumaciones de cadáveres, que actualmente se cumple por falta de pago de arriendos de los nichos, donde los restos exhumados pasan a una bodega, liberando un nicho, hasta que los restos sean reclamados por los familiares.

Exhumaciones en julio

Gabriela Vivas, administradora del cementerio municipal, expuso que este 2022 las exhumaciones se cumplirán desde julio, por lo que desde el mes pasado están notificando a los responsables de los nichos y fallecidos para que se acerquen a actualizar los pagos y evitar futuros reclamos.

En promedio, 300 nichos serían los que tienen inconvenientes con los arriendos y los restos que se encuentran allí podrían ser exhumados. Por eso, se pidió a la ciudadanía acercarse durante este y el próximo mes a la administración del cementerio para cumplir las obligaciones y evitar las exhumaciones.

Desde la municipalidad informaron que el pago por arriendo borde los $70 por cinco años, pero en la mayoría de casos, al no actualizar los pagos, los conceptos de cobro por intereses son los que generan deudas más significativa. (FV)

Dos bloques de nichos, durante el 2022, esperan solucionar temporalmente la necesidad de entierros en Tulcán.
El promedio anual de fallecidos en Carchi era de 550 antes de la pandemia. Desde 2020 bordean las 1.000Un imán turístico

Turistas nacionales y extranjeros ingresan gratuitamente a este espacio, donde se estima unos 1.500 visitantes mensuales, pero entre diciembre y enero bordean los 40.000, principalmente de Colombia.

La característica de la necrópolis son los árboles de ciprés podados para darles innumerables formas, a través del arte de la escultura en verde que se conoce como topiaria.

Tras el cierre por la pandemia y la reapertura del puente internacional de Rumichaca, desde diciembre de 2021 el turismo se reactiva en el cementerio. En los últimos feriados se ha visto un constante movimiento de turistas, según informó Lucio Reina, uno de los comerciantes que labora en las afueras del camposanto.

“La gente llega y se toma fotos con las figuras de ciprés, otras panorámicas desde la parte alta de los mausoleos. La mayoría de los que llegan son colombianos, pero ya dinamizan la economía de los locales, que creo ahorita es la principal zona turística de Tulcán”, agregó Fernanda Freire, otra de las comerciantes de la zona.

Desde el Municipio de Tulcán, una de las iniciativas para generar recursos y mantener el cementerio, ha sido organizar recorridos nocturnos, con fines turísticos e informativos.

Sepulturas. Desde el inicio de la pandemia aumentó el número de fallecidos, por lo que la cantidad de espacios para entierros planificada para los próximos años se redujo a la mitad.
Sepulturas. Desde el inicio de la pandemia aumentó el número de fallecidos, por lo que la cantidad de espacios para entierros planificada para los próximos años se redujo a la mitad.

La edificación más antigua de la ciudad

El cementerio José María Azael Franco se edificó en 1930, posterior al terremoto que destruyó Tulcán. Fue declarado Patrimonio Cultural desde 1984, por sus figuras gigantes en ciprés

Tiene una extensión total de 8 hectáreas, divididas en dos zonas, denominadas Parque de los Recuerdos y Altar de Dios.

En Tulcán, en la iglesia Catedral antiguamente se enterraba a las personas, pero luego se dirigió el camposanto hacia los terrenos de la hoy unidad educativa Isaac Acosta. Más tarde, con las secuelas que dejó el terremoto y por el número de víctimas que aparecieron, se construyó el actual cementerio, siendo la primera estructura municipal de entonces y que se mantiene en pie por casi 100 años.

Las figuras más antiguas datan de 1930 y son las que se encuentran a la entrada del camposanto. El creador de estas obras de arte fue José María Azael Franco, quien transmitió su conocimiento y por eso el cementerio lleva su nombre.