La ‘Ciudad Blanca’ cumple 416 años

Arquitectura. Ibarra fue fundada el 28 de septiembre de 1606. En la gráfica, la Catedral, Palacio y Capilla Episcopal, en el parque Pedro Moncayo, 300 años después, en 1906.
Arquitectura. Ibarra fue fundada el 28 de septiembre de 1606. En la gráfica, la Catedral, Palacio y Capilla Episcopal, en el parque Pedro Moncayo, 300 años después, en 1906.

Ibarra, capital provincial de Imbabura, está de fiesta. Pero, ¿por qué se le dice ‘Ciudad Blanca’?

La ciudad de Ibarra tuvo su fundación española un 28 de septiembre de 1606, por lo que este año cumple 416 años.

Desde sus inicios, se la conoció como ‘Ciudad Blanca’; aunque sin tener un registro histórico certero para identificar desde cuando se la llama así, varias son las versiones sobre el origen de este sobrenombre, que caracteriza a la capital imbabureña.

Por ejemplo, una de las leyendas urbanas sobre este apelativo, hablan de una peste bubónica que azotó la ciudad, por lo que con la llegada masiva de los roedores, los curas de aquella época comenzaron a pintar las casas con cal, porque creían que el color blanco ahuyentaría a las ratas.

Mientras que otra teoría señala que a mediados del siglo XX, el Concejo Municipal dispuso que las casas sean pintadas de blanco, tal como otras ciudades, como Arequipa, en Perú, o Popayán, en Colombia. Esto para que Ecuador también tenga una ‘Ciudad Blanca’ y no se quede atrás de otras regiones.

Sin embargo, según expuso en su momento Fernando Revelo, director de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Imbabura, de acuerdo con los textos históricos, los ibéricos la denominaron ‘Ciudad Blanca’ porque querían una urbe para ellos, para los españoles.

“Los españoles querían una ciudad para blancos. Ya para la época de la fundación, 200 familias de españoles se habían cruzado con los indígenas y querían una ciudad para blancos. El mejor sitio que encontraron fue el valle de Carangue, donde estaban radicados”, mencionó.

Esta versión se sostiene en hechos suscitados en el tiempo. Por ejemplo, como el que Ibarra, precisamente, fue constituida en Carangue, sobre unos terrenos donados por Juana Atabalipa, nieta de Atahualpa. Una urbe de paso y descanso para las personas que se movilizaban de Quito a Pasto, según recoge un documento de la Universidad Técnica del Norte.

Jorge Luis Narváez, gestor cultural imbabureño, también ha ratificado esta teoría, añadiendo que el sobrenombre de ‘Ciudad Blanca’ se adopta tras los hechos suscitados después del terremoto de 1868, que destruyó por completo la ciudad.

Según ha expuesto Narváez, en su momento, la reconstrucción de la ciudad la planificó el entonces presidente García Moreno, para quien era importante diseñar la urbe con manzanas españolas y el mismo espíritu europeo.

“García Moreno lo diagramó desde la Esquina del Coco y dijo: ‘Esta será una ciudad para blancos, blancos-mestizos, criollos y españoles’. Así es como se rediseñó la ciudad. Y efectivamente si tú verificas las fotografías, Ibarra es una ciudad de nobles, de gente con sombrero, con levita, con polainas. Entonces, las características de la ciudad eran, básicamente, el de ser una ciudad excluyente”, relató Narváez.