La parroquia El Chical, en la provincia de Carchi, se ha convertido en un nuevo lugar que atrae a los mineros ilegales.
Redacción CARCHI
El hallazgo de sofisticados campamentos dedicados a la minería ilegal, en el sector de El Chical, en la provincia de Carchi, encendieron las alarmas en la frontera norte de Ecuador.
En esta parroquia rural, ubicada a unos 100 kilómetros de Tulcán, capital provincial de Carchi, en las últimas semanas se han incrementado los operativos militares para combatir delitos, principalmente la minería ilegal, según los oficiales a cargo de las Fuerzas Armadas en la provincia.
“El Ejército ecuatoriano no va a permitir, por ninguna circunstancia, que la zona de seguridad de frontera, especialmente el límite político internacional, sea afectada por grupos dedicados a la afectación económica al Estado ecuatoriano”, declaró Vinicio Vivanco, comandante de la Brigada Andes.
Agregó que en estas semanas se intensificarán los controles dedicados a la minería ilegal. El objetivo es erradicar este delito del lugar, donde en menos de un mes se han encontrado bocaminas activas, que dan cuenta de que El Chical se ha convertido en un atractivo para los mineros ilegales.
Campamentos de procesamiento
A mediados de octubre de 2024, un campamento de minería ilegal, que albergaba entre 40 y 50 personas, fue descubierto en medio de un operativo militar en el sector de El Pablo, parroquia El Chical.
Desde la Gobernación de Carchi informaron que personal del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, con cargas cónicas (pentolita) y detonaciones controladas, destruyeron cinco bocaminas, además de inhabilitar un comedor, moledoras del material aurífero (chanchas), poleas, mangueras y dos generadores de luz.
Sin embargo, unos días antes, también en El Chical, se encontró otro campamento con 40 bocaminas activas, dos tanques de procesamiento de material aurífero, siete piscinas de sedimentación, cinco generadores eléctricos, 10 poleas instaladas para transporte de material y aproximadamente 800 bultos de material minero ya extraído y listo para procesar.
Este lugar también fue inhabilitado con explosivos por parte de los militares, quienes enfatizan que debido a la condición geográfica donde están los campamentos mineros ilegales, en lugares de difícil acceso, se procede a destruirlos con cargas explosivas para que no vuelvan a ser utilizados.
Según la Agencia de Regulación y Control Minero (Arcom), las bocaminas activas eran utilizadas para la extracción de material mineralizado, presumiblemente oro, señalando que en los campamentos improvisados se instalan sofisticadas plantas artesanales de procesamiento, donde operan trituradoras (molinos de bolas) y varias piscinas de sedimentación, con el uso de generadores eléctricos, mangueras, poleas, canecas de ácido y otros insumos que llegan hasta la zona, a pesar de la dificultad para el acceso.
En Ecuador, la minería ilegal es un negocio apetecido por las bandas criminales pues les permite lavar dinero fácilmente.
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