Gonzalo Sevilla Miño | [email protected]
En estas líneas se intentará la semblanza biográfica de un personaje que dio un gran impulso al desarrollo arquitectónico de Quito y de otras ciudades del país a lo largo de más de la primera mitad del siglo pasado. Se trata de un caballero de alma extranjera y corazón ecuatoriano.
Me refiero al arquitecto e ingeniero, Augusto Ridder Ostman. Él llegó al Ecuador en 1909, formaba parte de un grupo de técnicos alemanes que trabajaban en la afamada Casa Constructora alemana, Manes Naunroehren-Werke (MANESMAN) La prestigiosa empresa fue contratada por el general Eloy Alfaro para la ejecución de obras de infraestructura y saneamiento para la capital y que se realizarían conjuntamente con el Municipio de Quito y una Junta Especial conformada por el gobierno.
Augusto Ridder Ostman fue oriundo de la ciudad de Bochumm (Westfalia), nació el 7 de enero de 1885. Como ingeniero, era especializado en la construcción de tanques (filtros) para el abastecimiento de agua potable y como arquitecto, estaba a la vanguardia en diseño y planificación de edificaciones de estilo historicista y neoclásico.
Tan pronto llegaron a Guayaquil, él y sus compañeros, fueron conducidos a Quito en el flamante y recientemente inaugurado ferrocarril. Este intempestivo viaje se dio por orden del General Alfaro porque en el puerto principal se desató una epidemia de fiebre amarilla.
— Hay que trasladar inmediatamente a los “gringos alemanes”— habría dicho el presidente, preocupado por la salud de los técnicos extranjeros.
Agua potable y saneamiento de Quito
Con 24 juveniles años, llegó al Ecuador y, una vez terminadas las obras contratadas que, a más de la provisión de agua potable, incluyeron la canalización de la ciudad de Quito y el relleno de la quebrada de Jerusalén, hoy avenida 24 de Mayo, se dedicó al ejercicio de su profesión, puesto que, en esta ciudad, se conoció, se enamoró y se casó, en 1911, con la distinguida dama quiteña, Mercedes Rivadeneira Rojas. Se relacionaron porque la madre de doña Mercedes, daba en arrendamiento las habitaciones de la planta baja de su casa situada en Santa Bárbara, a huéspedes extranjeros, y el señor Ridder se radicó en esa residencia. A raíz de su boda, el matrimonio Ridder Rivadeneira, adquirió unos terrenos en el norte de Quito en la lejana calle Mariano Aguilera, ahora, avenida Seis de Diciembre, entre Baquerizo Moreno y Lizardo García. Ahí construyeron su casa familiar.
Hospital Eugenio Espejo
Una vez establecido en el país, en 1914, fue encargado de la elaboración de los planos definitivos del gran Hospital Civil Eugenio Espejo. El proyecto de construcción de este importante centro de salud se remonta al año 1898 cuando el General Eloy Alfaro impulsó su desarrollo. La primera piedra se colocó en 1901 pero, por falta de recursos, fue suspendida y, en 1918, se reiniciaron las obras gracias a un empréstito de 125.000 sucres concedido por el Banco del Pichincha. Una vez agotados esos recursos, se volvió a paralizar la construcción y, en 1919, la Junta de Beneficencia de Quito que estaba a cargo de la ejecución de la obra, consiguió nuevas fuentes de financiación mediante préstamos de hacendados y de gente pudiente. En 1929, se contrató la dotación de equipos a la casa Shaerer de Suiza y luego de un tortuoso camino, se inauguró el hospital, el 24 de mayo de 1933, cuando era presidente de la República el doctor Juan de Dios Martínez Mera. Su costo final fue de 2´147.000 sucres. Habían transcurrido más de 360 años para que Quito cuente con un hospital moderno y bien equipado, el anterior fue el San Juan de Dios. El Eugenio Espejo tiene cinco pabellones y en la actualidad se lo utiliza como el Centro de Convenciones Eugenio Espejo, además aquí se encuentra el Museo Nacional de Medicina.
El Teatro Bolívar y los cines Colón, variedades y Cumandá
Mientras se avanzaba en la construcción del Hospital Eugenio Espejo, el arquitecto Ridder fue contratado por los hermanos Mantilla Jácome, fundadores del Diario El Comercio y propietarios de la empresa de Teatros y Hoteles de Quito, para la ejecución de los planos para la edificación del Teatro Bolívar en Quito. El diario El Comercio, en su edición del 15 de abril de 1933, relata el acontecimiento en los siguientes términos:
«El Teatro Bolívar, situado en el corazón de Quito, a cuadra y media de la Plaza de la Independencia, se inaugura esta noche en la calle céntrica y de moda que ha venido a ser el emporio comercial y bancario, se levanta allí el majestuoso Teatro Bolívar para gala arquitectónica de la capital y del Ecuador…»
«Los planos del Teatro Bolívar fueron concebidos por los célebres arquitectos e ingenieros norteamericanos Hoffman-Henon, especialistas en esta clase de obras, como lo prueban los teatros de Filadelfia, Pittsburg, Baltimore, Washington, Atlantic City, etc. La ejecución de los planos ha estado a cargo del muy competente y acreditado arquitecto, señor don Augusto Ridder…»
La noche del 15 de abril de 1933 abrió sus puertas al público de Quito con la proyección de la grandiosa película, “El Signo de la Cruz” de Paramount Filmes. Fue, sin lugar a dudas, un importante suceso la construcción de uno de los teatros más bonitos de la ciudad, tanto que, cuando la UNESCO declaró a Quito como Patrimonio Cultural de la Humanidad, consideró al teatro como símbolo del “Art Deco” y en el inventario levantado por el organismo mundial, se lo consideró patrimonial en su totalidad. Posteriormente, en 1936, en el mismo edificio, en la torre frontal, estuvieron ubicadas las oficinas en donde funcionó la Radio Bolívar.
Con similar éxito, el señor Ridder fue el autor de los planos de los teatros, Colón, inaugurado en 1937 y el Cumandá, en 1939. En 1940, los hermanos Mantilla compraron el cine Variedades al señor Jorge Cordovez y se hizo cargo de su remodelación el arquitecto Ridder convirtiéndolo en una de las mejores salas de cine por su elegancia y comodidad. El cine Variedades está ubicado en plena plaza del Teatro. Este último se inauguró el 24 de diciembre de 1940 con la proyección de la película de la Warner Bross, “Halcón de los Mares”.
El tradicional Hotel Columbus, ya derrocado, ubicado en la avenida Colón y Nueve de Octubre, también fue planificado y construido por el arquitecto Ridder, lo mismo que el edificio en el que funcionaba el diario La Unión en donde tenía sus instalaciones el Diario el Comercio y Radio Quito, la Voz de la Capital, edificación ubicada en la calle Chile y Benalcázar.
Este edificio fue incendiado por una turba que, empavorecida por la transmisión de una adaptación criolla de la radio novela “La Guerra de los Mundos” de H.G. Wells, creyó que Quito era invadida por alienígenas y, al enterarse que todo era una dramatización, llegó a las instalaciones de la radio y las incendió.
Las llamas consumieron todo, inclusive, los archivos de las oficinas del arquitecto Ridder que estaban situadas en el mismo edificio. Esto ocurrió el 12 de febrero de 1949.
Urbanizaciones y elegantes villas
Augusto Ridder participó en la formación de ciudadelas importantes de Quito, como lo fue, por ejemplo, La Colmena. Además, corresponden también a la labor entusiasta del constructor, la edificación de elegantes y vistosas quintas particulares, especialmente, las que se realizaron en la avenida Colón. Sin embargo, de las más importantes construcciones que todavía existen, es la casa solariega de las cúpulas amarillas de la avenida 12 de Octubre y Cordero, propiedad de la familia Moeller Rivadeneira en donde hoy funcionan los almacenes Rikie. Otra de las obras diseñadas por el señor Ridder fue el Cementerio Alemán de la avenida Eloy Alfaro y Río Coca.
El círuculo militar
En 1917, Augusto Ridder, conjuntamente con el arquitecto Francisco Durini Cáceres, fueron contratados para la planificación y construcción del Palacio del Círculo Militar, esta emblemática edificación está ubicada en las calles Venezuela y Mejía y es una de las más bellas de la ciudad. Su construcción tomó alrededor de 18 años pues fue inaugurado en 1936. Este hermoso palacete recoge el estilo neoclásico que imperó en esa época.
Carondelet y la casa de correos
En 1921 se publicaron las bases para el concurso del proyecto de construcción de la Casa de Correos que estuvo abierto para que participen constructores nacionales y extranjeros. El espacio para la construcción está ubicado en la calle Benalcázar entre Chile y Espejo.
La licitación fue promovida por la Dirección de Obras Públicas y su costo sería financiado con fondos propios. El edificio para el servicio postal debía ser elegante y debidamente adecuado para el objeto. Curiosamente, los adjudicatarios fueron tres proponentes que se encargarían: el primero, de la fachada; el segundo, de la planta; y, el tercero, de los detalles. Esto derivó en la decisión de que se presente un cuarto proyecto cuyo responsable fue el arquitecto Augusto Ridder. Su propuesta consistía en el derrocamiento del antiguo palacio de Carondelet, para construir en toda la manzana un edificio monumental destinado al Palacio de Gobierno y al Palacio de Correos.
Esta alternativa fue aceptada. Sin embargo, se resolvió ejecutar el proyecto por partes siendo el edificio de correos el prioritario. La obra estuvo presupuestada en medio millón de sucres. En septiembre de 1922, por orden del presidente José Luis Tamayo, se celebraron las escrituras del contrato y, el 23 de mayo de 1927 se lo inauguró. En este estupendo edificio que contaba con tres recintos diferentes han funcionado algunas instituciones estatales.
En la actualidad, en la fachada que da a la calle Espejo, se mantienen las oficinas del Ministerio de Gobierno o del Interior y, hasta 1996, en el frente principal que da a la calle Benalcázar, fue la Casa de Correos. Luego de una remodelación, se lo destinó para sede y residencia de la Vicepresidencia de la República. El estilo arquitectónico es historicista-neoclásico, de similares características a las del Círculo Militar y las del Banco Central, actualmente, museo Numismático del Banco Central y construido por el arquitecto Francisco Durini Cáceres.
El parque de el Ejido y las escalinatas del Colegio Espejo de mujeres
En los años 1922 y 1923, Ridder fue Director Técnico de las obras que la Junta del Centenario de la Batalla del Pichincha estaba realizando en Quito. A más de haber dirigido trabajos de pavimentación y canalización de la ciudad, estuvo a cargo del diseño y construcción de las magníficas escalinatas que ornan la parte frontal de lo que fue el colegio de señoritas 24 de Mayo, en la actualidad, Colegio Femenino Espejo.
El edificio del centro educativo se encuentra separado de la escalinata por la calle Luis Felipe Borja, que es en donde empieza, y confluye en la avenida 18 de Septiembre, ahora, avenida 10 de Agosto, en la parte oriental del Parque de La Alameda.
En esa misma época, el arquitecto Ridder delineó el Parque de Mayo, llamado así porque al arborizarse e inaugurarse se festejaba el centenario de la Batalla de Pichincha. Sin embargo, la cultura popular conocía a ese gran espacio con el nombre de “Parque de El Ejido” y es como se lo identifica en la actualidad.
Fueron de autoría del arquitecto alemán, el antiguo puente de Jambelí en la vía Quito-Latacunga y el edificio del colegio Pedro Pablo Borja II ubicado en la calle Nueve de Octubre y Veintimilla en donde funcionaba anteriormente el colegio Alemán hasta que fue requisado por el gobierno en la época de la Segunda Guerra Mundial
Obras en otras provincias
El arquitecto Ridder no solo construyó en la ciudad de Quito, lo hizo también en algunas provincias y, una de sus más importantes obras fue la del Palacio de la Gobernación de Guayas.
Ese hermoso edificio fue construido entre 1923 y 1924 siguiendo el trazado original del ingeniero italiano Mario Gherardi y fue edificado con similares características arquitectónicas de las de los edificios quiteños. Construyó los hospitales de los cantones Mejía y Pujilí, el teatro del colegio Vicente León de Latacunga, así como el proyecto de ampliación de un importante tramo del Palacio Municipal de la capital de Cotopaxi.
Hasta aquí la fascinante historia de un personaje que legó a Quito y al país una enorme herencia de arte arquitectónico que perdura como parte del patrimonio de la capital y del Ecuador entero.
- REFERENCIA: (Vida y obra del arquitecto e Ingeniero Augusto Ridder Ostman por Carmen Toledo Ridder)
Gonzalo Sevilla Miño