Al terminar el desalojo, la empresa de Agua Potable elaborará un informe sobre los gastos económicos que implicó mantener el agua apta para la distribución a la población.
El desalojo de sedimentos de la Hidroeléctrica Manduriacu, que causó turbidez al río Esmeraldas, no afectó la distribución del agua potable por parte de la empresa pública mancomunada de agua potable, saneamiento (Epmapse) que abastece a los cantones Esmeraldas, Atacames y Rioverde.
De acuerdo con el director técnico de Epmapse, Johan Estupiñán, desde el 29 de noviembre que empezó la descarga, el servicio de agua potable se ha mantenido normal en la ciudad. Sin embargo, aclara, que la sedimentación representa pérdidas económicas y de operatividad, debido a que deben comprar más químicos para garantizar la calidad del agua y disponer de personal para vigilar cada hora el nivel de turbidez o el incremento de sedimento sobre todo en el área de captación.
Comunicación
Asimismo, expresó su malestar, por cuanto desde la hidroeléctrica no se les habría informado con antelación sobre el desalojo. “Nosotros nos enteramos de manera extraoficial, media hora después de haber iniciado las descargas del sedimento”.
No obstante, a través de un Tweet la Corporación Eléctrica del Ecuador indica que mantiene comunicación permanente con el personal que opera las plantas de agua, situadas en Viche y San Mateo, Esmeraldas y no han sido informados sobre alertas de paralización en la entrega del servicio a la población.
De igual forma Celec, a través de un boletín de prensa, informa que en la planta de agua de Viche y la Epmapse ubicadas en la provincia de Esmeraldas, especialistas de Celec y del Ministerio de Ambiente realizan monitoreo de calidad del agua las 24 horas desde el 30 de noviembre cuando iniciaron las maniobras de desalojo de sedimentos de la central Manduriacu. (MBC)