Rectificar a tiempo

Eduardo Antonio Chiriboga Aponte
Eduardo Antonio Chiriboga Aponte

Lo actuado por Lasso en estos cuatro meses de gestión, aparte de su exitosa campaña de vacunación, ha mostrado ciertos incumplimientos de sus ofertas de campaña, generando un precoz descontento popular que está siendo aprovechado por quienes fueron derrotados en las urnas. La eliminación del subsidio a los combustibles, no ha sido compensada de ninguna manera, evidenciando que más priman los intereses de los importadores y comerciantes de bienes de capital e insumos.

En el discurso del gobierno, el agro ocupa, desafortunadamente, un lugar secundario, a pesar de que todo gira en torno a él, por lo que las protestas del miércoles deben hacer meditar al régimen. Los insumos agropecuarios en vez de bajar sus precios, se han casi duplicado, causando indignación en los productores, pues los precios que se les cancela siguen bajos. Y, mientras el gobierno, paradoxalmente, sostiene que es el “gobierno del encuentro” y habla de “Lorenza” queriendo mostrar su sensibilidad social, yo veo una bomba de tiempo cercana a estallar.

De no rectificar, asoman similitudes con “la gran minga agropecuaria” y la “cirugía mayor contra la corrupción”, slogans mentirosos y cínicos de indignaron al país. Su inacción en varios temas, puede traerle sinsabores.

Las contradicciones en que está cayendo Lasso, quien debe cuidar más lo que dice, abren un sustentable rechazo popular a su anunciada Consulta Popular, (única opción, salvo tener que “tocarle la puerta a los cuarteles”) con lo que regresaría la oscura consolidación del narco Estado disfrazada de izquierdismo caduco, pero que gusta a las masas. YouTube está plagado de emisarios del correismo. Y eso vende.

Salta a la vista, que los asesores de Lasso estuvieron preparados para las campañas, pero no para gobernar, y no están a la altura.

Es imprescindible que el equipo de Lasso rectifique ya, y acepte que una política neoliberal pura (o gobernar solo para las élites), o de izquierdismo anacrónico, no tienen cabida en el mundo de hoy, peor en un país multiétnico y pluricultural y en crisis como el nuestro, pues la barca, antes de llegar a mejor puerto, podría hundirse.

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