Precariedad en los servicios de salud

LUIS COELLO KUON YENG
LUIS COELLO KUON YENG

“Precarios”, así es como Santiago Carrasco, presidente de la Federación Médica Ecuatoriana” califica a las condiciones de salud del Ecuador así como los servicios que son incapaces de responder a las necesidades actuales de los pacientes. Y a esto se han anexado otros grupos gremiales como los Colegios Médicos de diversas provincias, que han manifestado sus quejas e inquietudes sobre la situación actual que cursa la salud pública.

Hay reportes noticiosos que hospitales del IESS como el José Carrasco de Cuenca presenta un desabastecimiento de medicinas del 56%, el Teodoro Maldonado de Guayaquil del 65% y el Carlos Andrade Marín de Quito del 70%. Son cifras estremecedoras y preocupantes. Wilson Tenorio, presidente del Colegio de Médicos del Guayas (CMG), ha reiterado que exigen al Gobierno “rectificaciones” que permitan “perfeccionar el sistema y modelo de atención en salud”, así como garantizar estabilidad laboral a los profesionales de la salud.

Estas rectificaciones son: mejorar los sistemas de contratación con proveedores de fármacos para tornarlos más honestos y eficientes. Conocer por estadísticas los principales medicamentos que circulan y son entregados a los pacientes para así dar prioridades a enfermedades crónicas, catastróficas e invalidantes. Vigilar estrechamente la dotación y cantidad de medicamentos para así alertar a las autoridades la adquisición prioritaria y eficiente, con la finalidad de evitar su carencias y estar en un corre – corre para comprarlos, dejando desabastecidas las farmacias y en indefensión a los pacientes.

Me preocupa enormemente que diabéticos e hipertensos el día de hoy sin tratamientos ni siquiera promociones de salud primaria en dieta y ejercicios, sean los futuros insuficientes renales crónicos que requerirán diálisis. Y si se agrega que no hay dinero para pagar a los prestadores externos, la situación pinta nada halagüeña.

Urge que el nuevo Gobierno tenga un plan que regule más eficaz y eficientemente la dotación de medicamentos e insumos para la población. Trabajar en condiciones adversas es muy agotador, es poquísimo lo que podemos ofrecer a los usuarios y si necesitamos algún procedimiento que la casa de salud no lo tenga, cuesta pedir a los familiares que los solventen ellos mismos con sus escuálidos recursos económicos.

En muchas ocasiones optan por abandonar el hospital y que el destino sea quien decrete el resultado final de la salud de su paciente. El Estado debe buscar soluciones a priori y a largo plazo.