Populismo salarial: El injustificado aumento para 2023

Sí, el aumento del salario mínimo a $500 fue una promesa de campaña de Guillermo Lasso, y con el anuncio de esta semana se colocará en $450 para 2023. Sin embargo y con más ahínco, Lasso también ofreció incrementar el empleo formal. ¿Por qué cumplir una promesa populista y con razones anti técnicas, por sobre la necesidad real de los ecuatorianos? Simple: ya arrancó la campaña.


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Entre otros anuncios que apuntan a calmar a las masas y distraer al pueblo con pan y circo, Guillermo Lasso anunció que aumentaría el Salario Básico Unificado (SBU) en $25. Ya lo alertó la Cámara de Comercio de Guayaquil: el aumento de salario mínimo no debió superar los $12. Si viviéramos en un país en el que reina la lógica y la cordura, el Gobierno hubiese explicado los argumentos técnicos utilizados por el Consejo Nacional de Trabajo y Salarios para fijar el SBU que regirá en 2023, en $450.

El aumento no obedece a la inflación

Según el INEC, el incremento general de precios durante 2022 cerrará por debajo de 3,8% (inflación acumulada), cuando el incremento en el salario básico es de 6,25%.

El aumento beneficia a menos del 10% de los trabajadores

Como indica una nota de LA HORA publicada luego de la primera reunión de este ‘consejo de sabios’, el aumento del salario básico beneficia únicamente a unas 450.000 personas, que son aquellas que ganan el básico y cuentan con un empleo formal y afiliación al IESS. Solo para estas personas sería aplicable la medida, y ellos representan cerca del 10% de la Población Económicamente Activa (los habitantes del Ecuador en edad y condiciones para trabajar).
Tanto ha crecido la informalidad en el país o, más bien, tan poco hemos hecho para recuperar el empleo formal para los 7 de cada 10 ecuatorianos que no reciben estos beneficios laborales, que el porcentaje de los beneficiados por el rimbombante anuncio de “alza de salarios” ha decrecido del 18% al 15% de los trabajadores. Y, aunque quisiéramos que sea porque más gente ha logrado superar el sueldo mínimo y ganar más, la realidad es que el cambio obedece a que más personas subsisten en la informalidad que nunca antes.

El aumento arriesga la generación de nuevos empleos

El aumento del costo laboral, sin que exista mayor productividad ni más flexibilidad para contratar solo redunda, de acuerdo con Carla Bedón, microempresaria del sector de los restaurantes; obliga a contratar solo el mínimo necesario; y en muchos casos a optar por fórmulas entre la formalidad y la informalidad que permiten mantener vivo el negocio .

“Un aumento de $25 en el salario mínimo significa encarecer en más de $32 mensuales el costo laboral de un micronegocio. Eso es casi $400 adicionales por trabajador al año. Puede parecer poco, pero para emprendimientos de subsistencia, que son todavía la mayoría en el país, si tiene un impacto importante”, puntualizó.

¿Queríamos exportar más? El aumento nos hace menos competitivos

¿Qué métricas utiliza el Gobierno para medir la productividad? ¿Hay acaso evidencia de que Ecuador ha incrementado la producción y eficiencia de su sector comercial y productivo, que justifique un alza salarial de $25?. Ecuador tiene el tercer Salario Básico más alto de la región, antecedido solo por Chile y Uruguay (con inflación de 11% y 8,7%, respectivamente), cuyo PIB per cápita es mayor al de Ecuador. Es decir: son economías más fuertes que, al producir más bienes y servicios, están en capacidad de pagar mejor a sus empleados. Sin embargo, si se toma en cuenta lo que gana un trabajador por 40 horas semanales y el ingreso de dos sobresueldos anuales (décimo tercero y cuarto) resulta que, en términos absolutos, Ecuador tiene el salario básico más alto de Latinoamérica. Por otro lado, Ecuador es el país latinoamericano con la inflación más baja. Pero, también es aquel cuyo bajo crecimiento del Producto Interno Bruto lo sitúa entre las economías menos dinámicas y “reactivadas”, por debajo de Paraguay, Uruguay, Bolivia, incluso Venezuela. Bajo esta lógica, de nuevo nos preguntamos: ¿cómo justifican el alza salarial?

¿Cómo se espera que nuestros productos de exportación, con poca tecnificación y cuya producción es intensa en manos de obra (flores, frutas, productos ganaderos y pesqueros) logren competir en mercados internacionales contra aquellos de nuestros vecinos?

El Gobierno no lo explica, como tampoco salvaguarda a sus propios ciudadanos ante este nuevo imán de migración descontrolada y poco calificada. Una industria de mano de obra intensiva, como la floricultura, que provee unos 80,000 empleos directos, enfrentará $36 millones de costos de producción adicionales. Con un básico de $462,50 sube a $37 millones. En esta, como en industrias análogas, el costo de mano de obra comprende la mitad del costo de producción total. Un claro ejemplo de pérdida de competitividad en un mercado internacional en recesión.

Tanto el Ministro Arosemena, como los mentalizadores “del encuentro” que comprenden el ‘petit comité’ de este Gobierno deberían recordar que la política tributaria, salarial y económica de un gobierno que apunta a la apertura internacional y al crecimiento ordenado, se utiliza para incentivar comportamientos deseables y castigar los indeseables. En este caso, sin embargo, los grandes ganadores serán aquellos que operan en la informalidad: no solo porque las reglas del juego no aplican para ellos, sino que, además, estarán ganando nuevas y jugosas ventajas frente a los que sí cumplen la ley.

Borrar con el codo lo que hizo la mano

Durante su campaña, Guillermo Lasso vendió la promesa de llevar el Salario Básico a los $500 hasta 2025, durante los 4 años de su mandato.Eso representa un aumento de $25 cada año, o alrededor del 6%.Sin embargo, encuestas hechas por auditoras internacionales como Deloitte o PwC Ecuador apuntan a que el aumento salarial en las empresas privadas, dentro de los sectores más dinámicos y sólidos de la economía, no puede superar el 3% anual.

Aunque habrá un efecto negativo en los aportes al IESS en la afiliación voluntaria y en los empleos que se pierdan con esta medida, el Gobierno se lava la cara, pues el monto total que deberán aportar los trabajadores y empleadores que logren adaptarse a este nuevo Salario Básico compensará las cuentas del IESS y, entonces, nos podrán decir que “no pasó nada”.

Nuevamente, la política ha truncado a la razón. Es absolutamente incoherente que el Ministro de Economía, Pablo Arosemena Marriott, que se asume es el brazo monetario y financiero del presidente Lasso, predique “austeridad fiscal” para “ordenar la casa”, cuando por otro lado se aplica una medida abiertamente populista y artificial para “mejorar” la situación de los trabajadores, cuando no se vislumbra lo que verdaderamente requiere la economía para crecer y, solo entonces, soportar y beneficiarse de un aumento de sueldos, como sí lo hace Colombia: reformas que permitan la flexibilización laboral, facilidad para la creación de empresas, digitalización de procesos y trámites para reducir la burocracia; y capacitación, crédito y acceso a innovación y tecnología. (DLH)

COSTO REAL DEL AUMENTO SALARIAL PARA 2023

$25
Anuncio “nominal” de aumento al Salario Básico Unificado

$37,5
Aumento real para las empresas y empleadores: $25 por mes, sumado al incremento del Aporte Patronal al IESS, y proporcional de los décimo tercer y décimo cuarto sueldos.

$462,50
Nuevo costo laboral por mes, por trabajador, para empleadores y empresas, a partir de 2023.

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