Petita Palma celebró sus 97 Años

El 4 de marzo de 2024, la ciudad de Esmeraldas fue testigo de una celebración muy especial. Petita Palma Piñeiros, una reconocida gestora cultural, festejó su 97º cumpleaños al son de la marimba.

A lo largo de su vida, Petita ha dedicado su energía y amor al arte y la cultura afroecuatoriana, convirtiéndose en un verdadero ícono de la marimba y el folclor del país. La Casa de la Cultura de Esmeraldas fue el escenario escogido para homenajear a esta gran mujer. El grupo de marimba Tierra Negra interpretó «Andarele vámonos», una melodía que marcó el comienzo de la celebración.

«No me esperaba este homenaje. Me han sorprendido y le agradezco al pueblo esmeraldeño por esta artista afro», afirmó Petita Palma, visiblemente emocionada.

La celebración contó con la presencia de varios exponentes de la cultura, como Julio Micolta Cuero, Santiago Mosquera, Melissa la Grande, José Sosa Castillo, Juan Montaño Hurtado, Artero Moreno y los hermanos Benjamín y Abelardo Abata. Todos ellos se unieron para rendir homenaje a doña Petita.

Petita Palma y la Marimba

Desde 1975, Petita dirigió la escuela de marimba Tierra Caliente. Con su liderazgo, la escuela realizó presentaciones en varias ciudades de Ecuador y en el extranjero, exponiendo el canto de arrullos y el baile de marimba. En 2007, Petita Palma recibió el premio Eugenio Espejo, el más alto reconocimiento que da el Estado ecuatoriano a la labor cultural. Este premio reconoció su contribución en la música y baile ancestral de la marimba. Petita Palma es madre de ocho hijos, dos de ellos fallecieron. Sus hijos, Flor María, Anita, Felícita, María Elena, Iracema y Alberto, residen en Esmeraldas y otras ciudades.

El Futuro de la Cultura Afroecuatoriana

Jonathan Minota, presidente de la Casa de la Cultura de Esmeraldas, exhorta a las autoridades a recuperar la cultura afroecuatoriana. Según él, esta se está perdiendo por nuevos géneros musicales. Petita Palma es una verdadera joya de la cultura afroecuatoriana. A través de su amor por la marimba y su dedicación a la enseñanza, ha dejado una huella imborrable en la historia cultural de Ecuador. A sus 97 años, sigue siendo una inspiración para todos.