El 60% de niños que son atendidos en la unidad de terapia de la Unamydes tiene el trastorno del espectro autista.
La crisis de llanto, agresividad y la desesperación que le provocaba el ruido de la licuadora y cuando veía a otras personas que no eran de su entorno familiar, alertaron a Katty Bautista de que algo andaba mal con su hijo de apenas 1 año de edad. A esto se le suma el retraso de lenguaje, el rechazo a ciertos alimentos, y a medida que iba creciendo se aislaba más de la gente.
Katty, madre de dos hijos más, ya había escuchado hablar de este trastorno, pero se negaba a aceptar que su hijo lo padezca, pero cada vez que lo veía jugar solo y realizar actividades repetitivas la motivó a buscar ayuda profesional. Al llevarlo a un centro de salud, el médico le confirmó que el niño tenía una condición del espectro autista, que se trata de un trastorno cerebral con el que se nace y afecta a la comunicación y a la interacción social, y que, además, está acompañado de patrones de comportamiento e intereses restringidos y repetitivos.
El niño tuvo retrasos para gatear, caminar y actualmente tiene 3 años de edad, pero actúa como si tuviera menos edad. La motricidad gruesa no la desarrolla. Tras estas manifestaciones fue evaluado por el neurólogo Patricio Bolaños de la Unamydes de la Prefectura de Esmeraldas, donde recibe el tratamiento.
Tras un año de atención médica y terapias ya socializa con los primos y los llama por su nombre, lo que antes no lo hacía. Katty está consciente que el proceso de evolución es lento, sin embargo, ya nota los cambios de comportamiento y eso la llena de optimismo y ser perseverante con el tratamiento de su pequeño hijo para posteriormente incluirlo a la educación regular.
Anabel Barcia, es la mamá de una niña de 4 años de edad, con déficit de atención y de lenguaje. Tiene poco tiempo acudiendo a las terapias, su condición no ha sido definida por los profesionales, pero asegura, que su niña ya no repite las mismas palabras y la motricidad fina la está desarrollando.
Atención especializada
Unidad de Asistencia Médica, Desarrollo Social (Unamydes) de la Prefectura de Esmeraldas, ha implementado un área para niños y adolescentes con discapacidad de la provincia. Son atendidos por un equipo de profesionales que se encarga de controlar y ayudar en su desarrollo. Cada uno muestra un comportamiento diferente. Unos suelen estar inmersos en su propio mundo, otros prefieren estar aislados pero también hay quienes desbordan de amor hasta con las personas desconocidas.
Con ellos se trabaja de manera individual, aunque lo aconsejable, según la profesional, es que lo hagan en grupo para fomentar las relaciones interpersonales, pero debido a la pandemia, las terapias se destinan a pequeños grupos que acuden dos veces por semana. Mientras los niños están en las terapias, sus padres se hallan en otro espacio recibiendo las indicaciones de cómo continuar las tareas en la casa a fin de que puedan paulatinamente ir desarrollando sus capacidades motrices y cognitivas.
Ana Cristina Véliz, es la encargada del área de neurosicología y trabaja de manera coordinada con el neuropediatra de la Unamydes Patricio Bolaños. Dice que el 60% de los chicos presentan la condición del espectro autista. Los infantes llegan de diferentes cantones de la provincia de Esmeraldas y su labor está enfocada, a más de brindarles amor, estimular el lenguaje, la parte motora, social y fomentar rutinas para su independencia a fin de garantizarles un espacio en la educación regular. Según su evolución, hay chicos que en tres meses son dados de alta.
“Hay que aprender a convivir con los niños autistas, deben estar escolarizados y se los prepara para la vida, no para estar en una burbuja.
Ana Cristina Véliz
Encargada del área de neurosicología de la Unamydes.
Área de terapia
Ante la necesidad de que los niños de la primera infancia con antecedentes de riesgo por ser prematuros, o condición médica no tenían dónde ser atendidos, se crea esta área de terapia en la Unamydes que recibe a niños de Quinindé, San Lorenzo, Muisne. Muchos son remitidos del Ministerio de Salud y otros de las unidades educativas cuando el docente se percata del déficit de aprendizaje o de socialización. En esta época de pandemia, los niños están adaptados al uso de la mascarilla, distanciamiento y a todas las normas de bioseguridad.
El trastorno del espectro autista es una enfermedad relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación.
Síndrome de Nooanan
Gabriel tiene 7 años de edad, y es producto de un embarazo doble. Su mamá Yanela Vélez, explica que durante la gestación se le formó un coágulo de sangre en la bolsa del bebé que le impedía recibir los alimentos, tuvo poco oxígeno y sufrimiento fetal. Los mellizos nacieron a las 33 semanas y en ese momento los médicos se percataron que el bebé venía con una condición, el otro no presenta ningún problema. Tras varias evaluaciones con médicos especialistas, a los siete meses de nacido, le diagnosticaron el síndrome de Noonan, asociado con el espectro autista.
Recibe terapias desde los primeros meses y toda la familia está involucrada en la recuperación de Gabriel. Aunque no tiene un lenguaje fluido se comunica con su familia, que sí le entiende, juega con otros niños; antes solo daba vueltas en un solo sitio. Asiste a la escuela Juan Pablo. Sus padres están pendientes de las manifestaciones patológicas que presente durante la etapa de desarrollo.
El síndrome de Noonan es un trastorno genético que evita el desarrollo normal en varias partes del cuerpo. Una persona puede verse afectada por muchas maneras. Estas pueden ser características faciales inusuales, baja estatura, defectos cardíacos, otros problemas físicos y posibles retrasos en el desarrollo. Este síndrome es provocado por una mutación genética y se adquiere cuando un niño hereda una copia de un gen afectado de uno de los padres (herencia dominante). También se puede producir como una mutación espontánea, que significa que no hay ningún antecedente familiar involucrado.