Una ráfaga de disparos que provenían de la cancha de voleibol ‘Freire’, alarmó a los vecinos de la calle 10 de Agosto, del barrio Central de la parroquia La Unión del cantón Quinindé. La gente salió de sus viviendas para indagar de qué se trataba.
“Corrí hasta el local donde juegan voleibol y naipes, en el piso estaba tendido un hombre en medio de un charco de su misma sangre, junto a una motocicleta que también estaba caída prácticamente sobre él, las pocas personas que estaban en el lugar no atinaban a hablar debido al susto que se llevaron”, detalló un morador del sector que no quiso identificarse.
El hombre que estaba inerte en el suelo, era William Freddy Véliz Quezada, de 41 años, conocido en cantón Quinindé, como ‘Fruko’. Supuestamente su verdugo lo estaba esperando, y luego de cumplir la misión huyó en una motocicleta que lo esperaba con el motor encendido en la parte externa de la cancha.
¿Lo llamó?
“Seguramente el mismo verdugo lo habría llamado por teléfono a Fruko, para que venga a la cancha, porque el pobre hombre llegó confiado e incluso iba a saludarlo, cuando el sujeto que portaba mascarilla y una gorra ocultando su rostro, sacó un arma de fuego y descargó varios balazos en la cabeza, cara y pecho de su víctima”, relató un testigo.
Agregó que en cuanto escucharon los disparos, lo que hicieron fue lanzarse al piso para evitar ser alcanzados por un proyectil. “Como aquí a este local viene mucha gente, nadie se imaginó que esto iba a ocurrir tan rápidamente, luego llegó la Policía y no permitió que nadie ingresara a la cancha, hasta levantar el cadáver”, refirió.
El cuerpo sin vida Véliz Quezada, fue trasladado ya en horas de la madrugada de hoy lunes, en un vehículo de Medicina Legal hasta el Centro de Ciencias Forenses de Esmeraldas. La tragedia ocurrió la noche del domingo, 25 de octubre.
William Freddy Véliz Quezada, ‘Fruko’, era soltero, padre de dos y esperaba un tercer hijo de su esposa venezolana. El ahora occiso registraba dos detenciones en el sistema de la Policía Nacional, por tenencia ilegal de arma de fuego y otra por asesinato, por este último delito cumplió una sentencia de 7 años en el centro de reclusión de Esmeraldas.
