Reparar, no sólo reconocer

En nuestro país, en el año 2016, se firmó el decreto 0915 para la realización de los Objetivos Del Decenio Internacional Afrodescendiente, que inició en 2015 y finalizará en 2024, bajo la voluntad universal de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

El decenio, es una iniciativa mundial centrada en el reconocimiento, justicia y el desarrollo, y es particularmente importante para nuestro pueblo negro, ya que busca resarcir el sometimiento y exclusión de nuestra etnia, factor fundamental en la formación de una nación que no reconoce, retribuye, ni respeta cabalmente sus derechos, donde lo racial aún determina la importancia ciudadana, y priman intereses de grupos, y no de toda la población. Las mujeres y hombres de nuestros pueblos y nacionalidades ancestrales, siguen siendo considerados ciudadanos de segunda clase y, aunque existen algunos avances, las etnias más empobrecidas y desiguales aún siguen constituidas por indígenas, y negros, en relaciones de reconocimiento, trabajo y mando bajo estructura piramidal.

El decenio busca reivindicar el respeto a la identidad; la verdadera inclusión no sólo la del papel y el discurso vacío, fin de la discriminación y el racismo; reparaciones en cuanto territorio, recursos naturales, contaminación del habitad, organización y participación; saberes. Hay rapidez ante compromisos financieros internacionales, pero extrema lentitud con repensar y no solo reconocer la deuda humana. Antes de irse, el Gobierno debe rendir cuentas por el incumplimiento; así como los asambleístas y funcionarios que durante años se han quedado en silencio.

Probablemente se considere inoportuno el reclamo, en excusas de una crisis sanitaria; y es precisamente por eso la importancia. La pandemia azota sectores que estuvieran mejor protegidos si el decreto ya mitigara esas cifras del último censo, donde el pueblo negro demuestra bajos niveles de actividad laboral, escolaridad y alfabetismo, y el 75,5% no aporta al seguro social. Esto limita su progreso y la práctica de los artículos 1,3,6,10 y otros de la Constitución, sobre los derechos y garantías ciudadanas. Es cierto que forman parte de un universo social, de clase, de género y etnias también con problemas agudos por la pandemia, sin embargo, la exigencia del decenio no puede aludir lo étnico por los retrasos coloniales.

Este decenio, tiene que partir con algo más importante que son las reparaciones, no es suficiente visibilizar las problemáticas cuando no hay soluciones concretas para el pueblo negro, la lucha no solo es contra la inequidad; sino también contra el racismo estructural e institucionalizado que encontramos en el Ecuador.

Gabriel Quiñónez Díaz

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