Rebrotes

En varios países europeos las alertas se han intensificado ante el aumento drástico de las infecciones por coronavirus, atribuidas a los relajamientos en el verano boreal.

Después de una aparente normalidad, España, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, entre otros, han tomado urgentes medidas reforzadas de control para tratar de reducir al mínimo los contagios, entre ellas limitar los viajes no esenciales.

Ha llegado a tanto el estado de la situación que el médico belga Hans Kluge, director para Europa de la Organización Mundial de la Salud, declaró públicamente que durante octubre y noviembre venideros, en el Viejo Continente, la mortalidad va a incrementarse. Ante ello, se anunció que los 55 estados miembros de la Unión Europea, que ha destinado 480.000 millones de euros para la recuperación pospandémica, enviarán sus representantes a un cónclave para adoptar medidas conjuntas y de obligado cumplimiento, a fin de neutralizar al gran peligro latente.

En el planeta, se multiplican las restricciones para detener al virus que mortalmente se expande por todo lado. En nuestro país, médicos especializados en la materia que justificadamente tanto preocupa han manifestado sus inquietudes por un no descartable rebrote del Covid-19.

No es para menos, si finalizó el denominado estado de excepción. Se observa a personas en aglomeraciones callejeras y en el transporte público, además de llevar las mascarillas en el cuello y hasta efectuar fiestas clandestinas, entre otras imprudencias.

El asunto no es exclusivamente de las autoridades. La responsabilidad ciudadana, que comienza con la prevención, se vuelve indispensable para que los rebrotes no acontezcan.