El turismo local estuvo en los ríos

DESCANSO. Grupos familiares llegaron a pasar una tarde de diversión en Vuelta Larga.
DESCANSO. Grupos familiares llegaron a pasar una tarde de diversión en Vuelta Larga.

Los comerciantes, en algunos casos, no salieron con sus productos porque las familias llevan su comida.

Un fin de semana diferente se vivió en los balnearios de agua dulce Vuelta Larga y Tabiazo del cantón Esmeraldas. El viernes que inició el feriado por la Independencia de Esmeraldas y por el 10 de Agosto, los ríos no recibieron turistas ni locales, únicamente los pocos comuneros que acudieron a lavar ropa; el movimiento se incrementó entre sábado y domingo.

En el río de Vuelta Larga hubo un número considerable de bañistas, ayer, último día de feriado; aunque eran pocos los que caminaban portando la mascarilla, los grupos familiares guardaban el distanciamiento social, que se observaba al interior del río y mientras caminaban por el pueblo.

Quienes no sacaron provecho de este asueto fueron los comerciantes de alimentos, los locales permanecieron cerrados. “Toda la gente que viene trae su comida preparada y los pocos que salen a vender tortillas o empanadas se quedan ‘varados’ (con todo el producto que oferta)”, comentó Álvaro Ramírez, morador.

DIVERSIÓN. Muchas personas optaron por cerrar el asueto en las refrescantes aguas de Tabiazo.
DIVERSIÓN. Muchas personas optaron por cerrar el asueto en las refrescantes aguas de Tabiazo.

Fuente de ingreso

Tabiazo también tuvo grupos familiares que empezaron a llegar en horas de la tarde a disfrutar de las refrescantes aguas del afluente. El comercio no era tan evidente. Eran pocas las cabañas que habían abierto para ofertar algo de comer.

Una señora junto a sus hijas preparó tortillas de choclo para vender. Para ella fue la oportunidad de ganar dinero en este feriado. “Aunque casi todos los visitantes llegan con su comida preparada, algo se logra vender, porque los siguientes días no hay cómo trabajar porque tampoco habrá a quién ofrecerle”, comentó.

Las personas dedicadas al comercio no le apostaron a un fin de semana rentable, consideran que la gente todavía tiene miedo salir de sus casas, pese a que cumplan con las normas de bioseguridad, y comer en la calle. Pero el temor también lo tienen los vendedores, aseguró una persona que comercializaba fruta de pan. (MBC)