Con amor y conocimiento salva a pacientes Covid

ESPECIAL. Tatiana Boboy trabaja directamente con los pacientes infectados del virus, considera que ellos requieren atención médica y emocional, y eso implica que no se sientan rechazados o aislados.
ESPECIAL. Tatiana Boboy trabaja directamente con los pacientes infectados del virus, considera que ellos requieren atención médica y emocional, y eso implica que no se sientan rechazados o aislados.

Hace más de tres años, Tatiana Boboy Guisamano, obtuvo la licenciatura en enfermería en la Universidad Católica de Esmeraldas. Tras terminar la rural, ingresó a trabajar en el hospital Delfina Torres de Concha, donde permanece hasta la actualidad lidiando con los pacientes contagiados del coronavirus.

Su jornada laboral empieza a las 07:30 y termina pasado las 17:00. Con la llegada de la pandemia y la presencia de los enfermos y sospechosos de Covid-19 ha tenido que extremar la vestimenta que obligan los protocolos de bioseguridad: usa doble mascarilla, el visor, guantes, su cabello permanece cubierto y utiliza trajes que protegen todo su cuerpo y con el que debe permanecer, en ocasiones, más de 12 horas diarias.

Está en contacto permanente con los enfermos desde que entran a la sala de medicina interna, área Covid-19. No teme contagiarse del virus, lo más importante para ella es brindarle al enfermo seguridad y tranquilidad emocional y eso mismo les transmite a las 23 enfermeras que trabajan bajo su liderato. Ser la jefa de su área no la hace diferente a sus compañeras. Si le toca asear a los pacientes, administrar la medicina y consolarlos en su dolor, lo hace.

Entrega amor

Observar el estado crítico de los pacientes le afecta, pero también le llena de alegría ver su evolución y saber que pronto saldrán de la sala de aislamiento para reencontrarse con sus familiares, de quienes están alejados mientras son sometidos al tratamiento.

De ahí que Tatiana considera, que los pacientes no solo necesitan a la enfermera, sino a la amiga, a la hija, al pariente, porque sentirse querido, también ayuda en su estado emocional.

En amor que siente Tatiana Boboy por la profesión es innato, pero se fomentó más en los años de estudios en la universidad y los de servicio.Cuando empezaron a llegar los pacientes con el virus, a Tatiana le ofrecieron reubicarla, mas, ella no aceptó porque sus principios profesionales le indicaban que debía estar ahí, en esa área ofreciendo su ayuda a ese grupo de personas contagiadas que a más de medicina necesita recibir amor, comprensión y convencerlos de que no están solos.

Su confianza en Dios está siempre presente, cree que su fe más los cuidados de protección no han permitido que se contagie. “No me da miedo alimentar, cambiar, tocar o canalizar una vía al paciente, estoy consciente que yo soy su familia porque la verdadera no puede entrar al área restringida”. (MBC)