Carnets de la vergüenza

Con sorpresa y enorme indignación, se toma la noticia acerca de la obtención de un grupo de personas de un carnet de discapacidad, para sacarle provecho con la finalidad de importar autos de lujo o alta gama, escabullendo el pago de impuestos, con los cuales normalmente esos vehículos costarían casi el doble.

Que una persona opte por iniciar el trámite de obtención de estos carnés, aduciendo que padece un problema de salud, es un derecho justo, pero entre pensar que debo tener un carnet, la forma de conseguirlo y la manera de cómo proporcionarlo por parte del organismo encargado de distribuirlo, es lo que en realidad enoja.

¡Para quienes lo necesitan! Sí así debe ser, estos documentos deben ser entregados para aquellas personas que realmente lo necesitan, no para “sabidos” que piensan sacar ventaja de un derecho justo de personas honestas y necesitadas de los beneficios que estos carnés otorgan.

Las evaluaciones a las personas que deseen optar por un carnet, deben estar a cargo de profesionales de la salud capacitados, probos, honestos que emitan un informe basado en el chequeo, análisis y recomendación de expertos en enfermedades que obligan a alguien a iniciar el trámite de obtención del carné. Es decir, no permitir que un médico saque conclusiones sin tener el respaldo científico y comprobado de que realmente el grado de discapacidad que otorga, es el correcto, adecuado y probado.

No estaría mal considerar que la labor de entregar los carnés de discapacidad, esté nuevamente en manos del ente formado para ese trabajo, el Consejo Nacional de Discapacidades (Conadis). ¡Seguimiento de buen uso! No dejar al libre albedrío el uso de los carnés por parte del usuario portador del mismo o de sus familiares. Sacar ventaja para obtener algo con el fin de no pagar impuestos es algo típico “viveza criolla”, acciones deshonestas deben ser castigadas incluso con el retiro del derecho a portar estos documentos.

La ciudadanía tiene la obligación de aceptar que el uso adecuado, ético y enmarcado en la ley debe ser la impronta del beneficiario y sus allegados, usarlos en pro y beneficio de su pariente aquejado por un problema de salud. Sancionar ejemplarizadoramente, el otorgamiento sin un sustento científicamente comprobado, en el cual ha predominado la coima y la compra de conciencias con dinero. La sanción debería contemplar la suspensión de la licencia profesional a médicos que emitan carnés sin justificación.

Luis Coello Kuon Yeng

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