Deporte, entre retroceso y holocausto

La historia del deporte ecuatoriano, más allá de sus épicos momentos, del esfuerzo, entrega y coraje de cada uno de sus deportistas. En esos días, tuvieron que convivir involuntariamente con la “atención” pulverizada del Estado, sin referentes en políticas públicas o leyes, y la desatención a los escenarios deportivos. Al otro extremo, la ciudadanía sin vías afectivas por el Estado, de lo que significaba educar y promover la importancia de la actividad física y recreativa.

Estuvo presente la mirada de olvido hacia las personas con discapacidad, en las que Estado no les ofrecía nada, para esos días, ni siquiera sabían qué era el Comité Paralímpico, un Ministerio del Deporte o la Constitución; ellos al igual que los deportistas convencionales desconocían cuáles eran sus derechos, y menos aún tenían voz.

No reconocer y borrar los logros en la administración del expresidente, Rafael Correa, en el deporte ecuatoriano, seria ser deshonestos con la historia. En 2007, se aplicó un modelo que fortalecía el sistema deportivo, un Estado como garante de derechos de los deportistas, creando así el Ministerio del Deporte, Ley Deporte, y algo sin precedentes el Comité Paralímpico Ecuatoriano. Lo que permitió avances, logros y la democratización del deporte. Y lo principal, recobrar la importancia, visibilización y respeto hacia el deportista paralímpico y convencional, dentro y fuera del escenario de deportivo. ¿Lo olvidamos?

La creación de los cinco Centros de Entrenamiento de Alto Rendimiento, el Plan de Alto Rendimiento, becas, casas y acompañamiento multidisciplinario, proyectos emblemáticos, eran el territorio de miles de sueños hechos realidad para los deportistas ecuatorianos y la ciudadanía. Para muchos desmemoriados y egocéntricos, será difícil reconocer los avances de esa época y trabajar sobre lo ganado.

En el transcurso de estos tres años, la distracción, retroceso y contradicciones están “a flor de piel”. Eliminación de una Cartera de Estado, reducción de presupuesto, un antitécnico y dudoso plan de alto rendimiento, olvido en escenarios deportivos un ejemplo es el coliseo, Nubia Villacis Díaz, la obra ya contratada del Complejo Deportivo de San Rafael, y otros holocaustos. ¿A quiénes se afecta?

“En cambio nosotros no traemos una medalla nunca”, así se desconoció la entrega y logros de nuestros deportistas. Sí, reconocemos el proyecto Juego Limpio 2030, que, según datos de la secretaria del Deporte, es inaugurar 1.000 canchas en todo el país, en tres años de gestión se han entregado 10.

Hoy se reniega y se dice que nada del pasado sirvió, pero hay dudas, ¿Qué acciones saludables e inmediatas se realizaron para mejorar tanto mal?

Gabriel Quiñónez Díaz

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