Viveza criolla

Miguel Méndez Guerrero

Como que estamos retrocediendo en vez de avanzar, como que la tecnología nos está absorbiendo en vez de ilustrarnos.

Se olvidaron los buenos modales que nos aplicaban nuestros padres y abuelos con el amigo Manuel Carreño que era obligatorio leerlo. El respeto como arma letal para nuestro comportamiento.

La política entendida como servicio se ha vuelto en un mercadillo de charlatanería igual que aquellos que se ubicaban en las esquinas de los mercados con la culebrita que la hacían bailar con la flauta, o el lorito que sacaba un papelito para predecir el futuro, o al engaño donde está la bloita.

Y por supuesto los “vivísimos” que buscan la oportunidad para engañar a incautos, especialmente a los más débiles y luego vanagloriarse de sus triunfos.

Hasta inescrupulosos comunicadores (muy pocos pero si los hay) se presentan para hacer su agosto con el mejor postor, pero por debajo también negocian con el otro.

Algunos miserables que hacen y siguen haciendo el mejor negocio de la pandemia que azota a la humanidad, cuando escasean medicamentos para subir sus costos “Son vivísimos”.

Todos sin temor a equivocarme el lunes 12 de abril estarán en las Sede ganadora comentando el triunfo “yo estuve con ustedes” y así terminamos una época más de esta tan manoseada democracia.

Y colorín colorado el cuento no se ha acabado pues, estamos a las puertas del año 23 en donde otra vez aparecerá la “Viveza criolla” salvadores locales en elecciones provinciales y cantonales y seguirán las ofertas y la charlatanería es de nunca acabar.

Espero que algún día haya valientes ciudadanos que dejando su postura de “dejar hacer y dejar pasar” asuman el rol de servir, pero como antes en forma honoraria, sin sueldos ni prebendas solo con el único fin de retribuir a la comunidad lo que ésta les dio.

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