Quito sigue necesitando alcalde

Decepciona volver a escribir sobre la necesidad que tiene Quito para tener un verdadero alcalde. Hubo buenos burgomaestres como Chiriboga Villagómez, Andrade Marín, del Castillo, Durán Ballén, Paz, Moncayo y hasta Mahuad. Pero, en los últimos once años, la tarea fue casi imposible, por la poca capacidad de los personajes escogidos. Ni Barrera ni Rodas ni Yunda dieron la talla, sin olvidarnos de Herdoíza (“maestro Juanito”).

Corren las apuestas para saber cuál fue el peor de los últimos tres. Cada uno con sus carencias. Barrera fue lento, incapaz y servil -a Rafael Correa-; Rodas gestionó mal la basura, la inseguridad, el mantenimiento vial, el tránsito y se manchó por la corrupción de asesores, funcionarios y concejales (que terminaron la gestión con grillete).

Desde las canchas del vóley barrial y la radio chusca llegó Jorge Yunda, “el Loro Homero”, la versión millenial del “maestro Juanito”. Un obstáculo para los tres fue el Metro, que lo inició Barrera, cambiando los términos de la obra, pero Rodas la siguió mal y se manchó con Odebrecht y Yunda ni siquiera sabe cómo inaugurarlo.

Sin embargo, los problemas para el actual alcalde son otros: su pésima actuación en la crisis de octubre de 2019, que dejó la ciudad destrozada y su mala gestión de la pandemia, con escándalos como el de la secretaría de salud -la compra con sobreprecio de pruebas Covid-19-, los residuos sólidos, los desvíos de fondos (¿hackeos?) en la empresa de agua e inciertas triangulaciones de obras beneficiando a uno de sus amigos voleibolistas (el dueño de Geinco).

Que cada alcalde se rodee de personas de confianza es normal, pero que abusen es grave. Yunda se defiende diciendo que los nombramientos fueron en los directorios de las empresas municipales que él preside, pero es voto dirimente. Entonces, ¿quién tiene la culpa?

Yunda construyó un imperio mediático, que fue su plataforma política. Pero, no hay que olvidar que fue superintendente de telecomunicaciones en tiempos de Correa (parece que siguen siendo amigos). Desde allí construyó amistades e influencias, como sus camaradas del vóley, que lo siguieron al municipio tras su sorpresivo triunfo electoral.

Se suman los parientes incómodos y personas vinculadas con el correísmo en su administración. Yunda no sabe qué hacer con las crisis del transporte y del coronavirus. Es el tercer líder municipal al que se le pidió dar un paso al costado. Pero, Quito sigue necesitando alcalde y va por el tercer período…