Covid-19: ante la falta de pruebas

La manera más efectiva de romper la cadena de contagio del Covid-19 es realizar exámenes masivos y aislar a todo contagiado, incluso aquel con síntomas leves. “No se puede luchar contra un incendio a ciegas”, ha dicho Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud. Así actuaron Corea del Sur y Singapur, que lograron detener el contagio antes de que se tornara exponencial.

Ecuador presenta un doble obstáculo. No existen recursos para un aislamiento efectivo de quienes presenten síntomas. Además, no se tiene pruebas suficientes, ni para los casos sospechosos. Este no es un problema exclusivo de Ecuador; el desabastecimiento de pruebas es mundial.

El Gobierno debe reconocer sus limitaciones. Un primer paso dio ayer el presidente Moreno al admitir que el número de contagios y muertes sería muchas veces mayor a las cifras que se anuncian como oficiales.

En varios hospitales de Estados Unidos y Europa, por ejemplo, se trata a todo paciente como un potencial caso de Covid-19, lo que permite salvaguardar a familiares y trabajadores de la salud.

Esta medida hubiese evitado la cuarentena masiva en el hospital pediátrico Baca Ortiz de Quito, en el que se investigan tres casos de pacientes contagiados.

No es un llamado a la paranoia, pero conforme el país relaje sus restricciones de cara a las necesidades económicas, se debe mantener la guardia: toda persona es un potencial agente de contagio. Esta consideración salvaría miles de vidas, mientras se cumplen las promesas de importar o desarrollar pruebas para el ciudadano de a pie.

Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo, del miedo al cambio”.

Octavio Paz Escritor mexicano (1914-1998)

Son nuestras elecciones las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades”.

J.K. Rowling Escritora británica (1965)