Gracias indígenas

JOFFRE DAZA QUIÑÓNEZ

La patria nuevamente libra una batalla, la misma de siempre, los invisibles que nos castigaron con la sacralización, sellada por el innombrable O. Hurtado, luego vino la dolarización y salvataje bancario, llevada a la práctica por el autoexiliado Jamil Mahauad; ahora se pretendió dar un golpe más a los pobres, subiendo el precio de la gasolina y el diésel, que se ha frustrado y logrado la derogatoria histórica del decreto 883, gracias a la intervención heroica de los indígenas del Ecuador.

El precio pagado de estos patriotas ha sido muy caro, han muerto cerca de diez hermanos indígenas, más de cien desaparecidos, mil detenidos, dos mil heridos, es el saldo de la lucha de los patriotas indígenas por defender la libertad e impedir se grave una vez más impuestos en contra de los más pobres. No es verdad que la subida de la gasolina (eliminación de subsidios) no afecte, por el contrario, subirán todos los precios de productos de primera necesidad, afectados por un producto multiplicador como la gasolina, que es indispensable para movilizar todos los productos de primera necesidad.

Igual sucede con los indígenas y campesinos que utilizan pequeños tractores y motores a diésel y gasolina, son afectados en sus pequeños emprendimientos, seguramente, para los ricos llenar un tanque de gasolina con 40 dólares no es mucho, pero para una familia pobre le afecta, por cuanto sus hijos dejarán de comer algunos días, no podrán comprar los zapatos, ni medicinas, ropa y otros productos y artículos necesarios.

Los patriotas indígenas nos han dado una lección de lucha digna, de defensa de los derechos humanos, de defensa de los derechos económicos, han dado una lección también a los prepotentes de la clase dominante del Ecuador, que ya no podrán en el futuro abusar fácilmente de los pobres, saben que hay un pueblo indígena que está dispuesto a luchar, incluso, a costa de su vida, como verdaderos patriotas para defender a sus familiares y a su país. Ahora, a cumplir con el acuerdo, el Gobierno Nacional debe sentarse a la mesa de diálogo con los indígenas.

[email protected]

JOFFRE DAZA QUIÑÓNEZ

La patria nuevamente libra una batalla, la misma de siempre, los invisibles que nos castigaron con la sacralización, sellada por el innombrable O. Hurtado, luego vino la dolarización y salvataje bancario, llevada a la práctica por el autoexiliado Jamil Mahauad; ahora se pretendió dar un golpe más a los pobres, subiendo el precio de la gasolina y el diésel, que se ha frustrado y logrado la derogatoria histórica del decreto 883, gracias a la intervención heroica de los indígenas del Ecuador.

El precio pagado de estos patriotas ha sido muy caro, han muerto cerca de diez hermanos indígenas, más de cien desaparecidos, mil detenidos, dos mil heridos, es el saldo de la lucha de los patriotas indígenas por defender la libertad e impedir se grave una vez más impuestos en contra de los más pobres. No es verdad que la subida de la gasolina (eliminación de subsidios) no afecte, por el contrario, subirán todos los precios de productos de primera necesidad, afectados por un producto multiplicador como la gasolina, que es indispensable para movilizar todos los productos de primera necesidad.

Igual sucede con los indígenas y campesinos que utilizan pequeños tractores y motores a diésel y gasolina, son afectados en sus pequeños emprendimientos, seguramente, para los ricos llenar un tanque de gasolina con 40 dólares no es mucho, pero para una familia pobre le afecta, por cuanto sus hijos dejarán de comer algunos días, no podrán comprar los zapatos, ni medicinas, ropa y otros productos y artículos necesarios.

Los patriotas indígenas nos han dado una lección de lucha digna, de defensa de los derechos humanos, de defensa de los derechos económicos, han dado una lección también a los prepotentes de la clase dominante del Ecuador, que ya no podrán en el futuro abusar fácilmente de los pobres, saben que hay un pueblo indígena que está dispuesto a luchar, incluso, a costa de su vida, como verdaderos patriotas para defender a sus familiares y a su país. Ahora, a cumplir con el acuerdo, el Gobierno Nacional debe sentarse a la mesa de diálogo con los indígenas.

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JOFFRE DAZA QUIÑÓNEZ

La patria nuevamente libra una batalla, la misma de siempre, los invisibles que nos castigaron con la sacralización, sellada por el innombrable O. Hurtado, luego vino la dolarización y salvataje bancario, llevada a la práctica por el autoexiliado Jamil Mahauad; ahora se pretendió dar un golpe más a los pobres, subiendo el precio de la gasolina y el diésel, que se ha frustrado y logrado la derogatoria histórica del decreto 883, gracias a la intervención heroica de los indígenas del Ecuador.

El precio pagado de estos patriotas ha sido muy caro, han muerto cerca de diez hermanos indígenas, más de cien desaparecidos, mil detenidos, dos mil heridos, es el saldo de la lucha de los patriotas indígenas por defender la libertad e impedir se grave una vez más impuestos en contra de los más pobres. No es verdad que la subida de la gasolina (eliminación de subsidios) no afecte, por el contrario, subirán todos los precios de productos de primera necesidad, afectados por un producto multiplicador como la gasolina, que es indispensable para movilizar todos los productos de primera necesidad.

Igual sucede con los indígenas y campesinos que utilizan pequeños tractores y motores a diésel y gasolina, son afectados en sus pequeños emprendimientos, seguramente, para los ricos llenar un tanque de gasolina con 40 dólares no es mucho, pero para una familia pobre le afecta, por cuanto sus hijos dejarán de comer algunos días, no podrán comprar los zapatos, ni medicinas, ropa y otros productos y artículos necesarios.

Los patriotas indígenas nos han dado una lección de lucha digna, de defensa de los derechos humanos, de defensa de los derechos económicos, han dado una lección también a los prepotentes de la clase dominante del Ecuador, que ya no podrán en el futuro abusar fácilmente de los pobres, saben que hay un pueblo indígena que está dispuesto a luchar, incluso, a costa de su vida, como verdaderos patriotas para defender a sus familiares y a su país. Ahora, a cumplir con el acuerdo, el Gobierno Nacional debe sentarse a la mesa de diálogo con los indígenas.

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La patria nuevamente libra una batalla, la misma de siempre, los invisibles que nos castigaron con la sacralización, sellada por el innombrable O. Hurtado, luego vino la dolarización y salvataje bancario, llevada a la práctica por el autoexiliado Jamil Mahauad; ahora se pretendió dar un golpe más a los pobres, subiendo el precio de la gasolina y el diésel, que se ha frustrado y logrado la derogatoria histórica del decreto 883, gracias a la intervención heroica de los indígenas del Ecuador.

El precio pagado de estos patriotas ha sido muy caro, han muerto cerca de diez hermanos indígenas, más de cien desaparecidos, mil detenidos, dos mil heridos, es el saldo de la lucha de los patriotas indígenas por defender la libertad e impedir se grave una vez más impuestos en contra de los más pobres. No es verdad que la subida de la gasolina (eliminación de subsidios) no afecte, por el contrario, subirán todos los precios de productos de primera necesidad, afectados por un producto multiplicador como la gasolina, que es indispensable para movilizar todos los productos de primera necesidad.

Igual sucede con los indígenas y campesinos que utilizan pequeños tractores y motores a diésel y gasolina, son afectados en sus pequeños emprendimientos, seguramente, para los ricos llenar un tanque de gasolina con 40 dólares no es mucho, pero para una familia pobre le afecta, por cuanto sus hijos dejarán de comer algunos días, no podrán comprar los zapatos, ni medicinas, ropa y otros productos y artículos necesarios.

Los patriotas indígenas nos han dado una lección de lucha digna, de defensa de los derechos humanos, de defensa de los derechos económicos, han dado una lección también a los prepotentes de la clase dominante del Ecuador, que ya no podrán en el futuro abusar fácilmente de los pobres, saben que hay un pueblo indígena que está dispuesto a luchar, incluso, a costa de su vida, como verdaderos patriotas para defender a sus familiares y a su país. Ahora, a cumplir con el acuerdo, el Gobierno Nacional debe sentarse a la mesa de diálogo con los indígenas.

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