Con escopolamina matan a un papá

VÍCTIMA. Francisco Vidal Salazar Mera, de 34 años, (recuadro) murió la madrugada del sábado último, se presume que las ‘dulce sueños’ lo escopolaminaron para robarle.
VÍCTIMA. Francisco Vidal Salazar Mera, de 34 años, (recuadro) murió la madrugada del sábado último, se presume que las ‘dulce sueños’ lo escopolaminaron para robarle.

Francisco Vidal Salazar Mera, de 34 años, fue encontrado sin vida la mañana del sábado, entre las calles Esmeraldas y Calicuchima, centro-sur de la ciudad de Guayaquil.

Su madre, Guadalupe Mera Carrasco, de 55 años, explica que su hijo quien vivió hasta hace 12 años en el barrio Nueva Esperanza Sur, en el ingreso por el Club Unión, sector Aire Libre, habría sido reportado como desaparecido a las 12 horas del mediodía del sábado pasado, pero que tan solo seis horas después, recibió la desgarradora noticia que involucraba al cuerpo sin vida de su vástago, en uno de los cuartos fríos del centro forense de Guayaquil.

Allí, con profunda resignación cuenta Doña ‘Lupe’, la autopsia reveló una sobredosis de la sustancia conocida como escopolamina en la sangre del esmeraldeño, eso sin contar la exposición a las bajas temperaturas que soporta la urbe porteña en la actualidad. Además, añadió que la posible hora de su muerte rondaría las 01:00 y 02:00 de la madrugada del sábado pasado.

‘Lo mataron’

‘Paber’, como lo conocían amigos y familiares cercanos, salió con amigos la noche del viernes a un bar conocido de la localidad, que lleva por nombre ‘Copa Cabana’ y se encuentra ubicado en las calles Brasil y Noguchi.

Según los familiares, Francisco, tomó algunos tragos con sus compañeros y un grupo de mujeres que frecuentó esa noche el bar, pero lo último que les informaron fue que su allegado salió de la discoteca de la mano de las hoy sospechosas y juntos tomaron un taxi.

De aquella noche no se conoció más, pero tras encontrar el cuerpo sin vida y sin objetos personales del esmeraldeño a menos de dos kilómetros del bar, los indicios apuntarían a la banda conocida como las ‘dulce sueños’ que operan en los centros nocturnos de Guayaquil, y utilizan la escopolamina como su modus operandi para delinquir.

Dos veces fue velado

Francisco Vidal Salazar Mera, fue velado por su actual pareja y amigos el día domingo en su domicilio en Guayaquil, en las calles García Moreno y Rosendo Avilés, siendo trasladado luego por vía terrestre a Esmeraldas, donde sus padres, familiares y amigos de la niñez, lo velaron nuevamente ayer para darle el último adiós.

Vanessa Salar, de 29 años, hermana de la víctima, se desconcierta al saber que su hermano que viajó por una vida mejor, haya muerto en manos de delincuentes, por lo que pide justicia y se encuentre a la o las responsables del execrable hecho que deja en la orfandad a cuatro menores de edad.

Padre de cuatro niñas y uno más en camino

El occiso, Francisco Vidal Salazar Mera, se dedicaba al comercio en la compra-venta y arreglo de celulares en su propio local en la bahía de Guayaquil. Decidió emigrar a esa ciudad por una vida mejor y fuera de problemas cuentan sus familiares.

Era padre de cuatro niñas, de 15, 13, 8 y 4 años, además, su actual pareja Mayra Pilay, de 26 años, está embarazada de aproximadamente dos meses.

¿Qué es la Escopolamina?

Es una sustancia alucinógena y depresora del sistema nervioso central, su característica principal, es la de inhibir la voluntad de la persona, y es utilizada principalmente por los delincuentes para robar, secuestrar o cometer abusos sexuales, pues las víctimas no entienden, ni recuerdan y parecen adormecidos.