Agresión pública revela descomposición social

MOMENTO. A través de las redes sociales se pudo observar cómo dos mujeres estaban en una pelea, mientras algunos espectadores se dedicaban a filmar el hecho.
MOMENTO. A través de las redes sociales se pudo observar cómo dos mujeres estaban en una pelea, mientras algunos espectadores se dedicaban a filmar el hecho.

El primer golpe fue con violencia y en la boca. La agredida intentó defenderse pero su agresora mandó una seguidilla de manotazos y patadas, hasta que la tomó del caballo y la arrastró sin piedad.

Lo hizo en medio de arengas y filmaciones de curiosos universitarios, ávidos de tener más seguidores en redes sociales a cambio de grabar la pelea de dos chicas menores de 22 años, que ahora son virales en algunos portales web.

Minutos después de la agresión en el campus de la Universidad Técnica de Esmeraldas ‘Luis Vargas Torres’, empezaron a circular diversos ángulos de filmación. En uno de ellos, el ‘camarógrafo’, incluso, se sube a una especie de banca de cemento para captar mejor la golpiza que frustradamente intentaba ser impedida por dos muchachos.

El mismo día, en un salón de clases del Alma Máter esmeraldeña con 11.176 alumnos; 2.136 recién llegados del colegio (admisión), otra mujer era agredida con una fuerte bofetada e insultos amenazantes. También quedó captado en vídeo.

Criterios profesionales

Desde la visión del sociólogo esmeraldeño, Cristhian Santos, lo ocurrido lo lleva a varias conclusiones: se están perdiendo los valores de la buena convivencia, crece la indiferencia al dolor ajeno y la familia no está cumpliendo a cabalidad su rol.

Se muestra convencido que al educar a los hijos con valores desde hogar, se generará empatía. “Sino se comienza desde el hogar, lo que se haga en la escuela o colegio no servirá de nada”, aclara, tras lamentar que ahora ya no se imparta en escuelas y colegios materias ética y valores.

En cambio al psicólogo César Callaveral, le preocupa la secuela emocional de la pelea pública. Basado en los vídeos, adelanta que la golpeada, especialmente, podría caer en depresión al recordar que fue expuesta a la burla pública, al igual que la ansiedad por asumir que será juzgada en la Universidad y fuera de ella.

“Una de las razones para que la gente no intervenga y más bien se dedique a filmar con sus celulares, es que buscan alimentar su ego, sin importar que están lastimando emociones al subir los vídeos o fotografías a las redes sociales”, analiza. Critica con dureza esa ‘necesidad’ social de tener más seguidores virtuales a cambio de colgar cualquier contenido.

Criterio de

la Universidad

por agresiones

Patricia Medina, de la Unidad de Bienestar, de la Universidad Técnica de Esmeraldas ‘Luis Vargas Torres’, tras conocer de las agresiones entre mujeres en el campus, lamentó lo ocurrido, pero aclaró que ante una población superior a los 10.000, ese tipo de hechos pueden suscitarse.

Afirma que lo ocurrido tendrá la respectiva sanción. Los miembros del Código de Ética fueron convocados de forma extraordinaria para hablar el tema, y luego elevar lo resuelto al Consejo Académico Superior que juzgará en base al Reglamento de sanciones.

El encuentro estaba previsto para las 15:30 de ayer, pero lo decidido no se hizo público. Lo que sí informó la funcionaria, es que la agredida recibió atención médica y el apoyo administrativo, para protegerla. Entre las posibles sanciones estaría la de imponer acción comunitaria e incluso no perimirle la matrícula durante un semestre. Como acción preventiva se socializará entre los universitarios el Código de ético universitario.

“El ser humano tiene esa predisposición a salvar vidas, pero muchos por la inmadurez emocional, piensan más en tener seguidores en redes sociales”.

César Callaveral,

Psicólogo.

“Tenemos que realizar el cambio, para ser parte de la solución y no del problema. Una forma es siendo pacificadores”

Cristhian Santos,

Sociólogo.

“Bienestar universitario no va a permitir que dentro de éste campus se den esos eventos (agresiones), porque sino se toman decisiones, es posible que se repitan”.

Patricia Medina,

Unidad de Bienestar Universitario.