ESCUELA CENTENARIA

“La historia es el libro de la sabiduría, y el que leyó una página, vale más que el no leído”.

En honor al máximo exponente de las letras ecuatorianas e incólume maestro Don Juan Montalvo Fiallos quien junto a Juan León Mera y Juan Benigno Vela forman la trilogía de los Tres Juanes de Ambato, se creó la escuela Juan Montalvo de Esmeraldas en el año 1897, misma que es de mayor tradición y trascendencia fiscal esmeraldeña, de gran proceso histórico que fue aprobada en los días 3-12-14 de julio, contabilizándose a la fecha 122 años de vida educativa al servicio de la niñez que se confió a la pléyade de maestros que tejieron las letras y los números en el campo de la enseñanza.

Por la histórica escuela que guarda el nombre del ilustre cosmopolita, que sembró los principios de libertad, verdad, justicia y honor, pasaron prestantes educadores y hombres de bien que aquilataron las proficuas enseñanzas y que hoy hacen suyos los pensamientos y educación en las presentes generaciones de niños y maestros que velan por la conservación de la grandeza de su historia. Que la esencia del pensamiento filosófico de Juan Montalvo en estos momentos de la encrucijada de una agresiva modernidad con un vacío espiritual y destrozo de valores, sea la tea refulgente que alumbre el convivir diario, las frescas enseñanzas, fortaleza para enfrentar adversidades y enrumbar de mejor forma a los niños y juventud. Muchos rememoramos el edificio de madera que acogió a los educandos hasta el Octavo grado, padres de familia y maestros, los balcones con persianas, la escalera semiredonda a la entrada y el amplio graderío hacia la parte superior, y en la planta baja los ventanales con balcones y balaustres, luciéndose en una de sus áreas y en una vitrina el esqueleto humano que simbolizaba lo que queda del hombre luego de su existencia, escenario que los caminantes por el sector veíamos al transitar y que algunos niños eran llevados a observarlo para imprimirle temor; recordar por ejemplo el reloj público vistoso y sonoro que marcaba las horas diarias y que se esfumó sin quedar como símbolo histórico su rastro.

El patio de recreación, en cuyo interior lucía la cinta encementada y un ligero graderío de madera para ubicarse las personas en escenas espectaculares, son recuerdos que aún quedan en el álbum de los sentidos y que muchas ex reinas de los maestros guardarán con pétalos de rosas en el baúl de los recuerdos. Buena madera con la que fue construida la gran casona escolar se extinguió y un movimiento telúrico la exterminó; hoy luce su nombre en otro sector siendo atendida con aplomo por su digno personal de Directora y Maestros. De buenos ojos veríamos que se adecenten los 122 años y sean atendidas las peticiones de sus directivos. ¡Felicidades Montalvinos!