Un accidente le cambió su cuerpo

PERSONAJE. Segundo Washington Chuluisa  Padilla, está ligado al volante desde los 16 años. Ha sido taxista y busetero. En la gráfica cuando manejaba el bus de su abuela.
PERSONAJE. Segundo Washington Chuluisa Padilla, está ligado al volante desde los 16 años. Ha sido taxista y busetero. En la gráfica cuando manejaba el bus de su abuela.

Perdió parte de su pierna izquierda, en un percance. Pide a sus colegas conducir con precaución.

Desde 2005 el cuerpo de Segundo Washington Chiluisa Padilla, de 50 años cambió, a causa de un accidente de tránsito. Recuerda que después de disfrutar de las fiestas de la parroquia Tabiazo, en estado etílico conducía para regresaba a su casa, ubicada en el barrio ‘Río Esmeraldas’, atrás de la Cruz Roja.

Producto del estado de embriaguez perdió el control del carro y cayó al vacío en el puente en el recinto Súbere. Felizmente viajaba solo, como consecuencia del accidente de tránsito perdió parte de su extremidad inferior, pues, le tuvieron que realizar una amputación un poco más abajo de la rodilla.

Actualmente utiliza una prótesis y continúa cumpliendo la función de conductor, oficio que lo aprendió cuando tenía 16 años, pero a los 24, obtuvo su licencia como chofer profesional. Después del accidente que casi le cuesta la vida ‘Wachito’, como cariñosamente lo llaman sus amigos del volante, afirma que ahora conduce con mayor precaución.

‘Irrespetan la Ley’

“Por experiencia propia considero que el 90% de los accidentes de tránsito se producen por la imprudencia de los conductores. Muchos no respetan los límites de velocidad, otros conducen en estado etílico, también hay quienes irrespetan el disco ‘Pare’ y la luz roja de los semáforos”, sostiene Washington Chiluisa.

La trayectoria como conductor de ‘Wachito’ se remonta a su adolescencia, pues, aprendió por iniciativa propia, aprovechando que sus tíos tenían carros. Él era el encargado de movilizar los vehículos en una las calles del barrio ‘Río Esmeraldas’, para jugar pelota con sus amigos en horas de la tarde.

Pero su primera experiencia al volante la inició en una camioneta de su abuela Laura Bautista Sandoval. A sus 18 años se enroló en el Ejército ecuatoriano como conscripto, sirvió a la Patria en el batallón No. 68 ‘Cotopaxi’, de Sangolquí, en Quito. Por ser uno de los pocos ‘milicos’, que sabía conducir lo destinaron para que maneje el carro que se utilizaba para repartir la leche en el reparto militar.

Familia de conductores

Al retornar a la ciudad de Esmeraldas, su abuela había comprado un bus para el transporte urbano, Washington empezó a trabajar como busetero donde estuvo cerca de 16 años, luego compró su propio taxi, recuerda que era marca San Remo. Actualmente, está por adquirir un moderno vehículo marca Hyundai.

La afinidad de ‘Wachito’ por el volente, viene de familia, pues, todos sus parientes se dedican a la transportación urbana, el gerente de la cooperativa ‘Las Palmas’, Álvaro Padilla Quillupanqui, es su primo, también otros socios de esa empresa son sus familiares.

Otra las pasiones de Segundo Washington Chiluisa Padilla, fue el fútbol, siempre participó en el equipo de la cooperativa ‘Las Palmas’, en los diferentes campeonatos que se realizaba. Ahora solo observa los juegos desde las gradas, por su discapacidad.