LUIS COELLO KUON-YENG
Generó mucha controversia que un grupo de internos de Medicina, salieran a las calles a exigir que sus estipendios (pago por la labor realizada) no sean reducidos. Ya sabemos cómo terminó todo, hubo desmanes con la Policía y algunos estudiantes fueron a parar a reclusorios. En una red social un colega escribió acerca de esto, manifestando, básicamente, su rechazo a la salida a las calles de estos estudiantes de Medicina en internado rotativo y que hayan sido partícipes de estos disturbios con mandiles, con trajes quirúrgicos.
Asevera que no es la forma ni la manera de reclamar, además, menciona que se debería reclamar antes que un sueldo o una paga a sus labores, mejor docencia, mejores aulas de estudio, mejores profesores y mejor trato hacia ellos. Yo concuerdo y disiento en varios aspectos con él. Empecemos por definir qué es el internado rotativo: “Es el último año de estudios en la carrera de Medicina, previo a graduarse de médico y se hace en hospitales para que el alumno se relacione más estrechamente con pacientes y con tutoría gane experiencias y conocimientos en la atención a personas con enfermedades”.
Ese año, para mí, es esencial, porque de la teoría pasa a la práctica y en muchos casos define hacia qué especialidad quiere cada estudiante optar una vez que sea médico. Pero debemos conocer que al ser solo estudiantes, se les reconoce una paga, debido a que en el internado hay que hacer labores como cambiar sondas, limpiar heridas, colocar férulas de yeso, suturar, examinar pacientes, atender emergencias hasta dar reanimación cardio-pulmonar. A pesar de todo esto no se reconoce a esto como trabajo formal y por ende están exentos de recibir un salario y tampoco recibir la cobertura de la seguridad social (IESS) o de alguna privada.
Creo que es correcto reconocer a estos estudiantes su estipendio justo y que no debe ser reducido. Lo que reciben es monetariamente ínfimo, debido a que al hacer guardias rotativas y asistenciales a clases se pasa más de 30 horas dentro de un nosocomio, con los riesgos inherentes de adquirir alguna enfermedad infecciosa hospitalaria, que puede llegar a ser grave hasta comprometer la vida, así como lo están todos los profesionales de la salud que ejercen funciones dentro de un hospital.
Reclamar es algo que la ley lo ampara, si las persona sienten que sus derechos se vulneran. Lo que sí estoy de acuerdo es no reclamar dañando bienes públicos ni privados.