LUIS COELLO KUON YENG
Más de seis años vivió Julian Assange en la Embajada del Ecuador en Londres. El motivo de su asilo fue una supuesta inseguridad de su vida por las filtraciones que su empresa Wikileaks hizo de varios gobiernos en el mundo, siendo estas informaciones secretos de estado, por lo cual lo acusaron de vulneración y violación a su privacidad, junto con acusaciones de supuestas violaciones sexuales. El Estado ecuatoriano afirmó “haber analizado la petición de asilo en términos de defensa de los derechos humanos, considerando que la vida de Assange peligraba con una hipotética extradición a Estados Unidos, donde está vigente la pena de muerte”.
Hace pocos días, el actual Gobierno ecuatoriano, decretó dar por finalizado ese asilo, en vista del mal comportamiento del hacker hacia los miembros de la Embajada y su mala conducta que dejaba mucho que desear. Pero algo que sí hay que reprochar al gobierno de Moreno, es que en su gestión se le concedió la nacionalidad ecuatoriana por razones de ‘protegerlo’ de posibles amenazas a su integridad. Tras esta cadena de errores, desaciertos y estulticias, se concluye en la aprehensión del australiano por parte de las autoridades inglesas, al haber el gobierno ecuatoriano decidido culminar con el asilo.
Adicionalmente y para no olvidar, existieron palabras de Assange, quien manifestó en términos denigrantes que “el Ecuador es un país insignificante”. Nosotros nunca debimos habernos inmiscuido en esta intrincada red de corrupción y manipulación. Somos un país con problemas propios, con sinsabores autóctonos, con un futuro aún incierto y plagado de corrupción, temas que debemos solucionarlos y tratarlos. ¿Qué sacamos de provechoso con Assange en la Embajada y como compatriota? ¡Nada! solo un gasto de más de 6 millones y medio de dólares para mantener a una persona que no tenía nada que ver en nuestra historia, aunque ya entró de una manera inadecuada que nos dejó mal parados y sin nada de beneficios.
Desertadas decisiones desde el inicio que decantan con un acontecimiento que es solo responsabilidad del australiano. En varios portales se preguntan ¿ahora quién dará a conocer al mundo lo que las naciones fuertes hacen? ¿quién informará acerca de actos de malversaciones de fondos públicos? Entonces, ¿por qué Assange y Wikileaks nunca denunciaron la corrupción del gobierno anterior? Puro interés, esa no debe ser considerada una prensa imparcial, todo lo contrario, alguien que protege a quien me protege, aun así sea corrupto y señalado por autoridades judiciales, eso se llama encubrimiento.