Sectores próximos a la autopista y túneles son los más ruidos en Quito, dice estudio

El estudio determinó que los lugares con mayor nivel de ruido, tanto en el día, como en la noche, se ubican en intersecciones o segmentos de vías con flujo significativo de vehículos. Foto referencial. Archivo.
El estudio determinó que los lugares con mayor nivel de ruido, tanto en el día, como en la noche, se ubican en intersecciones o segmentos de vías con flujo significativo de vehículos. Foto referencial. Archivo.

Quito, EFE

Sectores próximos a la intersección de la autopista «General Rumiñahui» y a la avenida «Simón Bolívar», así como zonas de «El Trébol», «La Marín» y los túneles de la avenida «Mariscal Sucre», son los más ruidosos de la capital ecuatoriana, según un estudio de la Universidad de las Américas (UDLA).

Estos sectores presentan en el día, 80 decibelios (dB), cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que los límites tolerables de las fuentes móviles (vehículos) no pueden exceder los 60 dB, indicó en un comunicado.

Además, se estiman niveles de ruido entre 75 y 80 dB en sectores aledaños a los terminales terrestres en el norte y sur de la ciudad, así como también, en las avenidas Galo Plaza Lasso, Mariscal Sucre, Córdova Galarza en el norte de la ciudad y en las avenidas Pedro Vicente Maldonado y Morán Valverde en el sur.

El estudio determinó que los lugares con mayor nivel de ruido, tanto en el día, como en la noche, se ubican en intersecciones o segmentos de vías con flujo significativo de vehículos (vías expresas y arteriales) y presencia de transporte pesado, así como en vías en las que la velocidad de circulación de automotores es mayor.

Para llegar a estas conclusiones, el Grupo de Investigación de Entornos Acústicos de la UDLA, realizó un mapeo acústico del tráfico de vehículos en las parroquias urbanas de Quito, en el que se utilizó la información del flujo de tránsito en una muestra de las diferentes calles y vías.

El estudio lo realizó la carrera de Ingeniería en Sonido y Acústica de la UDLA, que determinó que la contaminación auditiva «es un enemigo que la gente no toma en cuenta, pero sus estragos en la salud son definitivos».

Recordó que un estudio realizado por la Fundación Médica contra el Ruido Ambiente-Contaminantes (Funcorac) determinó en 2013, que Quito, Guayaquil, Río de Janeiro, Lima y México Distrito Federal son las ciudades que mayor contaminación acústica provocan en América Latina. Pese a esto, «la gente se ha acostumbrado a vivir en medio de una constante y perjudicial contaminación auditiva», apunta el escrito de la UDLA.

«Es más, -agrega- la comunidad ni siquiera conoce cómo se mide el ruido, cuánto daño les causa el usar audífonos intrauriculares; o cosas tan comunes como la secadora de cabello, lavadora e incluso escuchar música a alto volumen». Los efectos que puede causar el ruido están asociados principalmente a molestia y perturbación del sueño en la población.

Y las exposiciones prolongadas a ruido pueden provocar también dificultad en la concentración, atención y comunicación, cambios en el estado de ánimo de las personas e incluso alteraciones en el sistema cardiovascular, según el escrito.