Creemos la Guardia Nacional

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

El presidente mexicano, Andrés López Obrador, ofreció en la campaña electoral, previo a su elección, constituir un cuerpo de atención pública al cual denominó ‘Guardia Nacional’, ante la ineficacia de la Policía para controlar el orden y en corto tiempo de mandato ya ha logrado la organización que, al momento, cuenta hasta con su General. Esto ya lo planteamos aquí hace largo tiempo, para el Ecuador y sería pertinente que una comisión de oficiales de Policía visitara el país azteca y estudiase el asunto para aplicarlo en nuestra nación.

El avance delincuencial en el nuestro país no solo que asusta, sino que aterroriza. Todos los días los diversos medios de prensa y las redes sociales dan cuenta de robos, asaltos a mano armada, asesinatos y otras agresiones a los ciudadanos, lo cual nos hace aparecer como uno de los territorios más cavernarios del planeta. Por diversas ocasiones, en esta misma columna hemos sugerido que se ponga a los efectivos policiales en plazas, calles y barrios, para que conozcan a la gente y sepan del comportamiento de cada vecino. No se nos ha escuchado y ni siquiera de vez en cuando se ha puesto en contacto a los gendarmes con los parroquianos. Lo que sí se ha conocido es que algunos policías, marinos, aviadores y otros uniformados, se han integrado a bandas delincuenciales y han sido capturados mientras cometían diversos delitos.

Según opinan ciertos abogados, sociólogos y educadores consultados, es menester cambiar la forma de combatir a quienes se han puesto al margen de la Ley y hacen de estas acciones de fuerza bruta su manera de vivir. Las organizaciones delictivas crecen a diario y aliados con el poder y la administración pública; no se resisten a la práctica de ejercer negocios prohibidos, aquí o en paraísos fiscales, operaciones penadas por las normas jurídicas vigentes de esta república. En artículos precedentes sobre este tema proponíamos la creación y funcionamiento de una Guardia Nacional, financiada con un impuesto que se considere pertinente, del cual sea excluida la población de bajos ingresos o carente de trabajo.

Sugeríamos que se reformen los códigos que la razón aconseje y se castigue a los infractores de manera rigurosa; también que se norme de mejor manera la labor de la Policía, a fin de que contribuya de mejor manera a la tranquilidad de la sociedad. Una Guardia Nacional junto a una Policía bien estructurada para el futuro exitoso de todos.