Hay mucho en juego con el quinto poder correísta

PASADO. El Cpccs del tiempo del correísmo, sirvió para los intereses del Ejecutivo, según denunció la oposición en su momento.
PASADO. El Cpccs del tiempo del correísmo, sirvió para los intereses del Ejecutivo, según denunció la oposición en su momento.

El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs) fue creado por la Asamblea Constituyente de Montecristi en 2008. El expresidente Rafael Correa lo llamó el ‘quinto poder’. Es una institución, que debía haber sido independiente, que forma parte de la función de Transparencia y Control Social, al igual que la Defensoría del Pueblo, las Superintendencias de Bancos, Compañías y Comunicación, y la Contraloría General del Estado.
El principal argumento para su creación fue que se constituyera en una instancia para auditar los mecanismos de control, fomentar la participación ciudadana y luchar contra la corrupción.

En total, la Asamblea de Montecristi le otorgó 12 funciones. Entre las principales están la promoción de los derechos de participación ciudadana y control social, la lucha contra la corrupción y la designación de autoridades de control, como el Contralor General, el Fiscal General, superintendencias, los miembros del Consejo Nacional Electoral (CNE), del Tribunal Contencioso Electoral (TCE), al Procurador General y los miembros del Consejo de la Judicatura (CJ).

Su ‘secreto’ poder
La Secretaría de Participación Ciudadana y Control Social, uno de los órganos ejecutores del Cpccs, está integrada por tres subcoordinaciones: de Promoción de la Participación, de Control Social, y de Rendición de Cuentas.

Según la Ley Orgánica del Consejo de Participación, la primera es la encargada de la capacitación a la ciudadanía de los derechos y recursos humanos e institucionales para la promoción de los mecanismos de participación en la vida democrática. La segunda busca aumentar la influencia de la sociedad civil para equilibrar y fortalecer el poder ciudadano. Y la tercera debe fiscalizar las entidades públicas, para responder a la ciudadanía acerca de las gestiones empleadas en sus instituciones y debe auditar el control de presupuesto.

Existe también una Secretaría de Transparencia y Lucha Contra la Corrupción, creada para recibir denuncias de corrupción de los ciudadanos e investigarlas. Otro de sus roles es de organizar procesos de selección y designación de autoridades públicas mediante la creación de comisiones ciudadanas de selección, veeduría e impugnación. También se encarga de llevar todos los concursos públicos de oposición y méritos para designar nuevas autoridades.

¿Cómo funcionó en el correísmo?
Un triángulo de acciones planificadas desde las altas esferas de Gobierno fue la clave para que el Cpccs se convirtiera en un mecanismo de captar todas las funciones del Estado con adeptos, simpatizantes y hasta afiliados de Alianza PAIS.

EL DATO
Con la aprobación de la pregunta 3 de la consulta popular de febrero de 2018, se definió que los 7 miembros del Cpccs deben ser elegidos por votación popular directa.Ese triángulo estuvo constituido por un manejo discrecional y poco transparente de los concursos para designar autoridades; un vicio de origen por su designación hecha por un CNE de mayoría gobiernista y la desidia de oposición y ciudadanía en general para participar en las veedurías y denunciar los abusos cometidos.

Luis Pachala, actual asambleísta y exmiembro del Cpccs, explicó que desde la Constitución de Montecristi, PAIS orquestó todos los mecanismos necesarios para que las principales autoridades del Estado fueran escogidos a su conveniencia y sean representados por “leales al proyecto político”.

Todo empezó con la designación del Consejo Transitorio, a través del llamado congresillo de mayoría correísta, donde además se sacramentó una elección cruzada. Es decir, se viabilizó el mecanismo a través del cual el CNE elegía a los miembros del Cpccs, y a su vez, ese Consejo elegía a los miembros de la función electoral. “Con esto se aseguraban, desde el inicio, que entre los mismos miembros del movimiento de Gobierno correísta se escogiera a los participantes del Cpccs”, añadió Pachala.

TOME NOTA
Las elecciones son el 24 de marzo.El siguiente paso, ya asegurado que los miembros sean afines a ese gobierno, fue controlar, con una mayoría de al menos cuatro de los siete miembros, que la información de los concursos de asignación a autoridades nunca sean del todo transparentes, e incluso se podía filtrar información sobre pruebas a los candidatos designados por el Ejecutivo.

A esto, se sumaba que en instancias como la prueba oral, debido a la gran discrecionalidad para establecer puntajes, se podía dejar fuera del concurso a los candidatos incómodos para PAIS.

EL DATO
Las papeletas están divididas entre hombres, mujeres y representantes de Pueblos y Nacionalidades.Pero, según Pachala, todo esto pudo ser posible porque, tanto desde la oposición política como en la ciudadanía en general, hubo una actitud de “dejar hacer”, de desidia e impavidez, dejando el camino libre para que ese gobierno opere a voluntad.

En este sentido, el exconsejero comentó que para evitar los abusos de la década correísta se deben propiciar concursos lo más abiertos posibles, con veeduría internacional y hasta periodística. Además, con la participación activa de los colegios profesionales y las universidades. (JS)

El voto nulo no invalida la elección del Cpccs
° Diego Tello, excoordinador Nacional del CNE, explicó que, según el artículo 143, numeral 3 del Código de la Democracia, si los votos nulos superan a los votos válidos se anula la elección, y las autoridades deben llamar a una nueva votación. Sin embargo, este escenario sería altamente improbable, porque no se contabiliza de igual manera los votos.

En otras palabras, si un elector elige a siete candidatos de los 43 nominados para el Cpccs, cada una de esas elecciones equivale a un voto. Pero si anula la papeleta, eso representaría, en total, un solo voto. “En este escenario, los nulos nunca superarían a los votos válidos. Si se contabilizara de manera comparable todos los tipos de votación, en las elecciones de asambleístas de 2017 hubiera ganado el nulo, y se habría tenido que repetir la elección”, dijo.

Además, según Tello, hay que tener cuidado con el llamado que mucho actores políticos y sociales están haciendo para que se vote nulo en la elección del nuevo Cpccs, porque en muchos casos se está vendiendo la idea de que, si se anula la votación, automáticamente desaparece el organismo.

“Ningún escenario implica la desaparición del Cpccs, solo el llamado a nuevas elecciones. Lo que deberían hacer los actores que apoyan el voto nulo es ponerse a recoger firmas para llamar a una consulta popular que elimine definitivamente ese organismo”, acotó.

Luis Verdesoto, consejero del CNE, afirmó que está de acuerdo con que votos nulos y válidos deberían contabilizarse con la misma medida. Asimismo, consideró que este tema debe ser un debate “abierto y técnico para todos los sujetos políticos”. Por ello, el CNE ha convocado a un coloquio para hoy y mañana.