Aristofanes y lisistratas

JOFFRE DAZA QUIÑÓNEZ

La participación de la mujer en el desarrollo social, político, económico y cultural es indiscutible, en mi opinión es la gran protagonista de la historia de la humanidad, ya como creadora de vida, ya como esposa, como madre, pero, sobre todo, como estratega en la consolidación de los procesos sociales, económicos y políticos que ha vivida la humanidad.

Bien, revisemos en la remota etapa nómada, la mujer descubre la agricultura, en uno de los tantos días en los que el hombre salía a buscar y recolectar alimentos; con el sentido de la observación la mujer ve caer a la tierra una fruta y a los pocos días observa que nace un árbol, hecho que marcó la terminación de la etapa nómada, y el inicio de la etapa estacionaria, donde el hombre se organiza y puede sembrar sus alimentos programando así su vida.

Luego de la producción hay excedente con lo cual se da el intercambio de productos, después la acumulación del capital y con ello el nacimiento de los dueños de los grandes latifundios. Ahí nace la propiedad privada y la sociedad dividida en clases sociales. Este hecho singular de la agricultura descubierto por la mujer, muy poco reconocido por los historiadores, convierte a la mujer como principal estratega de la economía política y el desarrollo de la sociedad mundial.

Para el año 411 a.C, el filósofo griego Aristófanes, para llamar la atención del mundo en favor de las mujeres y de la vida, crea su magistral obra de la mitología griega llamada ‘Lisistrata’, en la que recrea su imaginación guerras cruentas entre Atenas y Esparta, el punto central es que las mujeres presididas por Lisistrata, quien logra convencer a las mujeres de Atenas y Esparta para establecer la primera huelga sexual, con la finalidad de obligar a los hombre a dejar las armas, como una solución perfecta para terminar con las guerras del Peloponeso.

Para 1789, con la Revolución Francesa, en el levantamiento de los parisinos en contra de la monarquía, la mujer tuvo un significativo protagonismo, asistieron a la Bastilla en manifestaciones a favor de la igualdad y confraternidad, y sobre todo los derechos a las mujeres. Finalmente el 8 de marzo de 1908, en New York, en la fábrica Cotton, se da la huelga de 170 mujeres trabajadoras, reclamando la rebaja de 10 a 8 horas laborables e igualdad en los sueldos con los hombres, en esta protesta murieron encerradas 130 mujeres trabajadoras.

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