El país de los inventos

Carlos Freile

El 21 de febrero se recuerda el bautizo de Eugenio Espejo, no su nacimiento como dicen por ahí, en uno de los inventos que enmarañan nuestro pasado y nuestro presente. Leo en este diario, que me honra con su hospedaje, que con motivo de esa fecha, la cual se ha aprovechado para declararla “Día del Médico”, con toda razón y sin imaginaciones, que con esta circunstancia habría habido en Quito un recorrido especial en memoria del sabio quiteño.

La primera visita se habría realizado a la tumba de Eugenio Espejo; el estudioso del personaje se pregunta: ¿De qué tumba hablan? Hace cuarenta años, más o menos, un grupo de estudiosos recorrimos los diferentes ámbitos que albergan tumbas en el complejo de La Merced, miramos con cuidado lápida por lápida y no encontramos ninguna señalada como la del médico y precursor; hubo alguien que ofreció “encontrarla”, pero nunca lo hizo de manera científica y técnica. Ahora ya hay una tumba, “en la capilla de San José”, con placas conmemorativas y todo, ¿desde cuándo?, ¿quién y cómo la descubrió?, ¿pruebas de su autenticidad? Esperamos respuestas.

Luego en el recorrido se habría de hablar “de la muerte de Espejo y de su relación con la orden mercedaria a través de su confesor, el padre Francisco de Jesús Bolaño” (debe decir “Bolaños” como se apellidaba el conocido Padre Grande). Los aficionados a los estudios espejianos pedimos con todo respeto que se presente la documentación que fundamente esa noticia, de la cual no digo que sea un invento, sino que no conozco su origen; personalmente considero (a menos que se presente el documento probatorio) que el confesor de Espejo fue su amigo franciscano, el padre La Graña, quien acompañó su cadáver hasta su ultima morada junto con José Mejía.

Un dato mínimo para confirmar la tendencia nacional a la invención: en nuestro mismo diario alguien anónimo sostiene que “entre sus lecturas estuvieron… “la Lógica Moderna” de Andrés Piquer”; pero ¡oh sorpresa! Esta obrita solo es citada una vez en todas las obras del sabio. Pero no importa, el invento ha reemplazado a la investigación.

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