La realidad es terca

Al pasar revista a la abultada, incoherente y hasta disparatada herencia recibida, el Presidente de la Corte Constitucional solicitó a la Contraloría que se hagan cuatro exámenes especiales a las actuaciones de los anteriores jueces. De los exámenes, llama la atención, por abrigar serias sospechas de la opinión pública, es el de los procesos administrativos de los jueces, incluida la admisión, selección, decisión, sustanciación y dictámenes de las causas.

Desafortunadamente, la realidad es terca. Desde entonces (y aun antes) la población comparte un sentimiento de desánimo y frustración respecto a la justicia. La nueva Corte da síntomas visibles de estar trabajando por establecer la transparencia, el profesionalismo y el apego a una sólida tradición constitucionalista. El expediente de cada uno de sus miembros da pie para que renazca la esperanza en una verdadera justicia.

En muchas de las decisiones y dictámenes de la anterior Corte Constitucional se palpaba una insultante ausencia de protección y respeto hacia los ciudadanos. No pocos de sus miembros, de manera directa o indirecta, se inclinaron por dar cumplimiento disciplinado a las órdenes y sentencias que les llegaban, a veces redactadas y fundamentadas en torcidas interpretaciones de la Carta Magna, desde el Palacio de Carondelet.

Lanzar un paquete de tímidas iniciativas suele ser infructuoso y esta Corte da la impresión de querer ir a fondo, empezando por la implantación de otras metodologías de trabajo que infundan celeridad a los procesos, pero que conduzcan a decisiones certeras. Llamar, por voluntad propia, a la Contraloría para que investigue los entresijos de lo que se hizo y deshizo en la década correísta es un signo positivo y alentador.


Un hombre puede hacer cualquier cosa, siempre que su voluntad lo acompañe”. León Battista Alberti Poeta italiano (1404-1472)Sin justicia no puede, ni debe, haber paz”. Héctor Abad Faciolince Escritor y periodista colombiano (1958)