Reencuentro y gratitud

La retrospección de los años nos permite analizar lo vivido, diagnosticando lo que queda por venir en medio de las falacias que los mortales las provocan. Con satisfacción plena muchas personas evocan el tiempo transcurrido y los inolvidables momentos ya pasados que son historia y que rememoran día a día, reconociendo con gratitud lo recibido en la formación profesional y humana. Satisfactorio es perennizar en el tiempo las consabidas gracias en el crecimiento y desenvolvimiento educativo convirtiendo a las personas en verdaderas amigas y agradecidas.

Un buen colegio con excelentes maestros siembran en sus estudiantes para saber cosechar con el apoyo incondicional de los padres de familia que acunan con tesón la buena crianza en el hogar. Hoy, rememoro al año 1973 cuando llegaron las alumnas al primer peldaño del colegio La Inmaculada para iniciarse en la secundaria, quienes forman el escuadrón de la promoción 1978-1979.

A las 44 estudiantes tuve la oportunidad de recibirlas en primer curso y así sucesivamente hasta coronar su carrera de contadoras, quienes agradecidas con Dios celebran ahora sus 40 años de graduación y como siempre compartirán la Santa Misa de Acción de Gracia con las monjitas del plantel y exprofesoras, rememorando la partida de quienes se fueron al viaje eterno entre ellas cinco exalumnas que lo hicieron con la cálida despedida del deber humano. El sábado 16 del presente mes estrecharon el lazo de confraternidad y amistad en la antesala de la capilla del colegio entrelazando el abrazo hermano de acuerdo con la enseñanza recibida para concretar el agradecimiento en el ágape organizado con distinción y elegancia.

Son damas esmeraldeñas, la mayoría residentes en el suelo natal, que han demostrado la bondad y delicadeza en diferentes esferas de trabajo cotidiano y formando hogares honorables en la ciudad. El ejemplo compartido en la formación educativa salió a flote siempre y lo seguirá haciendo, puesto que las semillas sembradas fueron cultivadas en buen terreno y con infinita dedicación y amor a la enseñanza. La cualidad de la gratitud perdura en los seres como altos sentimientos de franca estimación por un beneficio recibido, sin olvidar corresponder con el recuerdo. ¡Congratulaciones queridas y estimadas graduadas!