‘Me retiré por problemas económicos, gastaba $1 diario’

Óscar Patín es campeón olímpico juvenil en 5.000 metros marcha. El andarín habla de su familia, sus inicios y sobre las personas clave en su carrera.

Redacción ARGENTINA

Soy el séptimo de nueve hijos. El octavo es mi hermano mellizo, Stalin. Pertenecemos a una comunidad indígena que se llama San José del Tablón, en Las Cochas, Bolívar. Allí todavía viven mis padres y tres hermanos más. Los demás se fueron para Quito.

La relación tanto con mi mamá como con mi papá es buena. Quiero llegar y darles un abrazo. Hace dos meses que no les veo y no he podido hablar con ellos.

Con todos mis hermanos me llevo excelente, pero con los que más tengo contacto son con Daniel, Stalin y mi hermana Josselin, quienes viven aún en Bolívar. Los que están en la capital igual me apoyan. En total somos cuatro varones y cinco mujeres.

Con mi hermano mellizo siempre hemos sido iguales en todo. Pero, él pudo ser mejor que yo en el deporte; sin embargo, decidió dedicarse más en los estudios. Ingresará a la Universidad Central.

Primeros pasos
En mi comunidad casi no se enfoca mucho al deporte. Pero a mí me gustó. Todo empezó cuando tenía 12 o 13 años, en mi escuela Marcos L. Durango.

Vino un profesor cubano, a quien le llamábamos ‘Lázaro’. Él nos decía que entrenemos atletismo durante una hora en el colegio. Cuando hacíamos bien las cosas nos regalaba algo, aunque sea algo pequeño.

Luego de eso se fue el ‘profe’, pero llegó Marco Heredia, quien tenía dos atletas súper buenos de mi colegio. Nos invitó a toda la institución a entrenar. Empezamos como 80, al final solo quedamos cinco.

Después de esto conocí al profesor Danilo Llumiguano, quien fue el encargado de enseñarme la marcha, porque yo empecé corriendo 2.000 metros planos.

Un tiempo después me retiré, debido a los problemas económicos. Gastaba diariamente un dólar y a veces se sentía mal mi hermano porque él iba a entrenar, y yo no. Un día un primo me comentó: “Acompáñame a trabajar haciendo carreras en la camioneta, en la noche”. Lo hice. Entre esos recorridos me encontré con mi ‘profe’ Danilo, quien me dijo que vuelva a entrenar en la marcha. Yo tenía 14 años.

El profesor Danilo en ese entonces era monitor y el entrenador era Carlos España, de Guayaquil. Hicieron un selectivo. Estábamos como cinco grupitos de marchistas, pero yo todavía no estaba centrado en esa disciplina. La carrera fue de cinco vueltas. Pensé que un compañero al que le decíamos ‘Chino’ iba a ganar, pero no fue así. Quedé en el primer lugar pese a no haber entrenado al nivel que el resto. Ahí fue cuando me dije: ‘Si le dedico más tiempo me va a ir muy bien’.

Luego fui a un Campeonato nacional. Quedé décimo y aunque no me fue bien no me desanimé. Desde entonces, hasta 2017, entrené solo con el ‘profe’ Danilo. Para este año empecé a practicar también con Diego Heredia. Hicimos un equipo con él y Danilo. Eso me ayudó un montón.

Después de todo esto llegué a otro Campeonato local, en el que fui segundo. También participé en una Copa Sudamericana, en la que ocupé el primer lugar al igual que en los Juegos Nacionales. Además, fui al Mundial de China Sub-20, que era una categoría más para mí, donde obtuve el puesto 33 y mejoré mi marca. Con eso y el tiempo de los Juegos Nacionales logré la clasificación a los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018.

De Guaranda a Cuenca
Hace dos meses el ‘profe’ Diego Heredia me dijo para ir a vivir a Cuenca, donde actualmente estoy. La idea es entrenar bien en el Centro de Alto Rendimiento, con el apoyo de la Federación Ecuatoriana de Atletismo.

Alejarme de mi familia fue muy duro. Cada vez que uno de mis hermanos se iba de la casa mi mamá lloraba. Cuando fue mi turno lloré con ella.

Lastimosamente, mientras estuve en Cuenca, mi mamá se enfermó. Estuve muy preocupado, porque fue hospitalizada. Ahí fue cuando dije que me esforzaré por las personas que me quieren y que me apoyan.

A mis compañeros atletas les comenté que voy a dar todo en la pista. Pensaba en que no sabría qué hacer si es que no llevaba una medalla a mi casa, así sea de bronce. Mi objetivo era tener una presea, por la dedicación y por estar tantos días sin ver a mis padres y a mis hermanos. El esfuerzo no sería en vano.

Estudios
A mis 17 años ya me gradué del colegio. Mi siguiente paso es terminar la carrera de Pedagogía en Actividad Física y Deporte. Estoy en primer semestre, en la Universidad Católica de Cuenca, que me otorgó una beca deportiva.

Pero, mi más grande sueño es llegar a los Juegos Olímpicos de París en 2024. Tratar de ir a los de Tokio 2020 sería un cambio muy brusco en los entrenamientos y eso podría afectarme. (JLS)