En 40 años de funcionamiento la refinería de Esmeraldas reporta 160 trabajadores petroleros muertos por enfermedades catastróficas; dos particulares luego de un incendio; 22 quemados, además de niños y adultos con problemas respiratorios y dermatológicos.
El Sindicato de Trabajadores de EP Petroecuador, reveló en su momento que 387 obreros tienen sordera; 277 hipertensión, 73 diabetes, seis cáncer de algunos tipos y, dos con insuficiencia renal que requieren de trasplante de riñón.
Pero no lo es todo. Dentro de la zona de influencia de la refinería, pese a los 103 millones que destinó para compensación social, todavía hay sectores carentes de asfalto, uno de los productos que refina la industria más grande del Ecuador, que también extrae del petróleo: Naftas (gasolinas), Diésel 2 y Premium, Jet A-1, Fuel Oíl, GLP y Azufre.
En el ámbito salud el Dispensario de Salud del barrio ‘15 de Marzo’, vecino al complejo industrial tiene un muestreo. El médico Antonio Ortega Prieto, quien atiende un promedio de 20 personas diarias, entre niños de uno a cinco años y adultos, revela que dos de cada 10 pacientes tiene algún problema relacionado con la contaminación ambiental.
¿Plomo en la sangre?
En el ámbito respiratorio, está la bronquitis e influenza que puede terminar con asma bronquial; en lo dermatológico, la dermatitis y piodermitis (lesión cutánea infecciosa con formación de pus y costras) son los predominantes.
“Si el aire que respiramos está contaminado, de ley que la población tendrá problemas de salud, sobre todo la infantil”, analiza el profesional, quien destaca que Termoesmeraldas haya construido hace unos seis años ese dispensario de atención gratuito
Entre los gases que expulsa la refinería al ambiente está el plomo. En las dos universidades de Esmeraldas no se ha hecho público ningún informe oficial del grado de contaminación al ambiente, tampoco la refinería, sin embargo, entre la población circula el rumor de que la sangre de los esmeraldeños está ‘cargada’ de plomo, lo que imposibilitaría su posibilidad de donar sangre.
El administrador de la Cruz Roja Esmeraldas, Raúl Bone, aclara que no hay un informe o disposición que determine que los esmeraldeños están con problemas en su sangre.
“Cada pinta de sangre es sometida a 12 pruebas puntuales. Al notar un agente extraño en la sangre se la notifica como no conforme”, detalla, y revela que a ellos sí les llegó desde 2016 ese rumor, pero en cada brigada los desmiente.
Dinero para obras
Desde hace más de dos meses la entidad en Esmeraldas no recibe donaciones de sangre por estar en proceso de legalización de permisos, pero deja claro que no hay desabastecimiento, ni está ligado a la sospecha de personas contaminadas por temas ambientales.
De informes relacionados con la contaminación ambiental desconoce Leli Medina, habitante de la Tolita 1, ciudadela ubicada dentro de la zona de influencia directa de la refinería, pero sí critica con énfasis que todavía en el sur de Esmeraldas (los barrios más cercanos a la refinería) hayan calles sin asfaltar; 33 de ellos sí están correctamente asfaltados y señalizados gracias al dinero invertido por refinería.
Su comentario lo hizo junto al tendero del barrio y otra vecina, juntos coincidieron en la necesidad de que la refinería debería dar a dinero Esmeraldas para obras, y lamentaron que los malos olores generados por la refinación de crudo sigua en el ambiente, pese al trabajo de mejoras hecho en refinería.
Ellos se refieren a los 2.200 millones que se destinaron en el Gobierno anterior para su repotenciación, inversión que ha sido cuestionada e incluso provocó destituciones y detenciones de altos funcionarios.
Ley que favorece
Para lo que no se ha destinado desde Petroecuador es un dinero para determinar el grado de contaminación de los esmeraldeños por convivir cerca la refinería, tampoco se ha fijado una regalía por refinar 110 mil barriles de crudo diario (en su máxima capacidad) en compensación a su contaminación que ha incluido derrames, incendio y fugas abruptas de gases en sus más de cuatro décadas de funcionamiento.
Una de las formas de lograr que aquello ocurra, es a través la Ley de Hidrocarburos, la que aprobarse en la Asamblea Nacional, los gobiernos autónomos descentralizados donde se industrialice el petróleo recibirían rentas, equivalente a un dólar por cada barril industrializado. El tema sigue en tratamiento en la Comisión de Régimen Económico y Tributario de la Asamblea y cuenta con el respaldo de los asambleítas esmeraldeños.