Reacciones a orden de prisión contra el expresidente Correa

La disposición es para Ecuador. Algunos esmeraldeños piden que sea internacional.

En 2015, de la Empresa de Agua Potable y Alcantarillado (EAPA) San Mateo, se desvinculó a 81 por supuestamente atentar a un servicio público. Jurídicamente se los iba acusar de sabotaje y terrorismo.

El despedido y figura legal ocurrió durante el mandato del expresidente, Rafael Correa, contra quien pesa una orden de captura en caso de ingresar al país, disposición que fue enviada desde la Subdirección Nacional de la Policía Nacional a través de telegrama a todas las unidades policiales del Ecuador.

Entre los desvinculados está Juan Lastre, quien al ser consultado sobre la orden de prisión preventiva en contra del hombre que lideró el país durante 10 años y que actualmente está en Bélgica, aclara que lo hace apegado a la objetividad jurídica por el hecho de ser abogado y no como un afectado por el despedido.

Estado de derecho

“Lo que se está haciendo significa que el país está regresando verdaderamente a un estado de derecho, debido a que no se persigue a la persona sino el delito”, analiza Lastre, tras aclarar que lo dispuesto no es sentencia, sino una forma de conocer su responsabilidad o no de lo que se lo investiga, en este caso por el supuesto secuestro del exasambleísta, Fernando Balda.

Juan Carlos Velasco, estudiante de Derecho, coincide en que lo dispuesto por la jueza de la Corte Nacional, Daniella Camacho, es solo cumplimiento de la Ley y no persecución a la persona.

“Lo he dicho siempre, el que nada debe nada teme. La gente noble y honesta no huye, da la cara. Vale destacar que Capaya (Carlos Pareja Yannuzzelli) vino y se presentó a la justicia, lo mismo Jorge Glas, hasta el expresidente, Lucio Gutiérrez, eso es lo que tiene que hacer Correa, presentarse ante la Ley y dar sus alegatos”, detalló Velasco.

Su relato era escuchado fielmente por seis personas sentadas diagonal a la Gobernación de Esmeraldas. El grupo al escuchar de la orden de detención contra el exmandatario, casi al unísono manifestó: “que venga al Ecuador a responder por todo lo que hizo”.

Temerosos a identificarse

Las voces en tonos altos, otras temerosas y una con algo de bronca, se entrecruzaban entre que “nadie está excepto de responder por sus actos”; “si él (Rafael Correa) dice que no es culpable que venga”; “él es un cobarde”; “está bien lo que está haciendo el presidente Lenín Moreno”.

En cambio, entre varios camioneteros que esperaban clientes, sobre el tema opinaron, previo a poner condiciones. “Le digo lo que pienso pero sin mi nombre, porque tengo un hermano en una institución pública y después lo botan (despiden)”; “yo no quiero lío con nadie”; “yo le digo, pero sin dar mi nombre”, argumentaron.

En sus comentarios, dos de tres creen que sí hay algo de persecución desde el Gobierno al expresidente, pero los tres concuerdan en la importancia de capturarlo para que explique sobre los innumerables delitos que la gente dice es culpable. Además, manifiestan que se debería pedir ayuda al país que corresponda para que se lo detenga y se lo traiga al Ecuador.