Por: YINIO CASTRO
El lavado de la central hidroeléctrica Manduriacu, que dura varios días y luego las aguas residuales son transferidas a los ríos Guayllabamba y Esmeraldas, son aguas residuales calientes de los sistemas de refrigeración y uso de agro tóxicos, que son arrastrados por la corriente de los ríos, provocan grande daños evidentes que producen perturbaciones biológica y envenenamiento a gran escala en especies bio-acuáticas como camarón de agua dulce, sábalo, sabaletas, tilapias, vieja, robalo y otros especímenes.
Con los estudiantes de la Universidad Técnica Luis Vargas Torres de Esmeraldas en materia de Ecología Animal, hemos calificado como un acto criminal a la fauna hídrica, modificando varios factores físicos como temperatura, ph, turbidez, obteniendo mortandades por intoxicación e inanición en varias especies bio-acuáticas que en su mayoría son afectadas sus branquias impidiendo respiración, porque el agua de los ríos al sufrir estos cambios bruscos produce efectos irreversibles a la ecología bio-acuática, donde mueren miles y millones de micras y macro-organismos dulceacuícolas.
El martes 16 de enero realizaron varios muestreos en el estuario del Esmeraldas, pudiendo determinar una cuenca inerte. El fitoplancton, que convierte el alimento básico para diferentes especies, es seriamente afectado. En la reproducción, los huevos y alevines, por ser sensibles a las toxicidades, son arrastrados muertos y moribundos por la gravedad de las aguas, se afectan nichos ecológicos, bancos de crustáceos, senderos de reptiles, hasta el habitad de las aves, rompiéndose los eslabones de diferentes cadenas alimentarias, básicas para el sustento diario de cientos de familias que viven a lo largo del río y perfil costero y zonas de manglares.
Finalmente, los ecologistas universitarios recalcaron que los manglares de la desembocadura del río Esmeraldas y el perfil costero del cantón Rioverde, son los que reciben el mayor impacto a la biodiversidad, afectando la salud humana con problemas dermatológicos, respiratorios, alérgicos y hepáticos que desmejoran la calidad de vida de los esmeraldeños, por lo que se debe exigir una auditoría y una evaluación de impacto ambiental, aplicando instrumentos legales de gestión ambiental para una compensación socio-ambiental.