BYRON BANGUERA SALDARRIAGA
El tema de la política siempre ha sido de interés general, pero a últimas fechas ha adquirido proporciones realmente dantescas. Las redes sociales están repletas de manifestaciones en contra de los políticos en general y afirmaciones extremas sobre los ellos, el odio contra la corrupción que afecta a la población es más que aceptable, de hecho, se hace necesario.
Las publicaciones en Facebook solicitando un juicio político contra funcionarios públicos y contra los deliberados actos de corrupción de sus colaboradores más cercanos, ganan miles y miles de seguidores todos los días. Las personas que votaron por un candidato contrario se sienten orgullosas de gritar a los cuatro vientos que ellos no colaboraron con los casos de corrupción que vivimos en la actualidad: ¿y esto es realmente cierto?
Cuando nos preguntamos ¿por qué es prácticamente imposible encontrar un político con un currículo limpio bien posicionado en Ecuador? difícilmente obtendremos una respuesta. El problema en general está en la población. Así de simple, somos nosotros mismos, que así como tememos a lo desconocido terminamos colaborando directamente con la corrupción en general.
¿Te has colado alguna vez a una fila o a un sitio sin pagar, pues, tienes un montón de disculpas y pretextos para justificar tu acción? Entonces, me imagino que también sabes que los políticos corruptos inventan una montaña de disculpa para justificar sus actos ¿verdad? Eres tan corrupto y egoísta como esos odiosos políticos que acusas con tanto fervor.
Vas por allí vociferando contra todo y sintiéndote víctima de la corrupción que tú mismo alimentas, pero siempre intentando sacar provecho de todo. La diferencia entre tú y nuestros políticos es que tú no tienes poder, o lo tienes, pero en menor medida. Si aprovechas todas las oportunidades, incluso aquellas incorrectas para salir bien de las situaciones, comienza a pensar en tus actitudes antes de salir acusando a todo el mundo. Vamos a mejorar nuestro propio carácter para garantizar mejores personas en el poder hacía el futuro, ¿qué tal si comenzamos por nosotros mismos?