“No nos oponemos a la colocación de la tubería de agua potable, pero no queremos que nuestros hijos y patrimonios queden en riesgo”, aclara y advierte Jesús Cuero Casierra, morador del barrio Unión y Progreso sector La Guacharaca, parte alta de la ciudad de Esmeraldas.
Detalla que al realizar las zanjas de un metro de ancho y ubicada a menos de 2,5 metros de una quebrada, el cerro queda inestable y con las lluvias sus viviendas ubicadas en la loma serán afectadas por deslizamiento.
El temor radica porque las lluvias ya destruyeron tres casas, pero no generó pérdidas de vidas. “Proponemos que coloquen su tubería porque nos beneficia a todos, pero después se debe asfaltar o colocar hormigón para evitar que el agua se filtre y nos afecte”, agregó.
Paralización
Cuero, quien decidió impedir el trabajo de colocación de la tubería que es parte del proyecto regional de agua potable que culmina en 2018, afirma que la única forma de declinar la protesta apoyada por sus vecinos, es que los contratistas, fiscalizador o quien corresponda, firme un acta notariada que garantice que luego de poner los tubos arreglarán las calles.
Entre los temerosos está Karina Rodríguez, mamá de cinco hijos. Ella está convencida que de no hacerse la mejora vial y un muro, su casa, que ya recibe parte de la tierra removida de la zanja, podría colapsar y su familia sufriría las consecuencias.
En repuesta a los protestantes, uno de los responsables de la empresa ejecutora dijo no estar autorizado a dar información oficial, pero adelantó que el proyecto incluye estabilizar un tramo del cerro y construir una canalización junto a la tubería instalada, pero no el asfaltado y hormigonado como lo demandan los vecinos del barrio Unión y Progreso sector La Guacharaca. (MGQ)