Una nueva batalla contra la violación y abuso sexual se ganó esta semana en Esmeraldas. Seis hombres fueron condenados hasta con 29 años y 4 meses de cárcel por sus actos que atentaron al pudor de niñas, adolescente y mujeres. Los dictámenes emitidos por jueces se originan tras el pedido y pruebas de la Fiscalía.
En el ente de justicia hay cifras y testimonios. De los números y diligencias está informada la delegada provincial de la Fiscalía, Yanina Villagómez, quien califica a los abusos sexuales y violaciones, como actos que le roban la vida misma a la víctima, indistinto a su edad o género.
Del grupo reciente de víctimas que llegaron a sentencia están dos niñas de 6 y 11 años, que sufrieron abuso sexual; dos mujeres de 21 y 31; una niña de ocho y una adolescente de 12 se suman a las violadas. Así detallan en los expedientes que maneja la Unidad de Violencia 1, la que desde el pasado 1 agosto cuenta con el apoyo de otra Unidad.
Ayuda psicológica
En 2016 fueron sentenciaron 25 y a cuatro se les ratificó su estado de inocencia. En lo que va de 2017 se suman 13 condenas. “No solo las víctimas son de sexo femenino, también son masculinos”, revela Villagómez. La Fiscalía, además de exigir penalización para el imputado, pide apoyo psicológico para la víctima, la que, según las estadísticas de la Fiscalía de Esmeraldas, es agredida generalmente por el tío, papá, hermano o amigo cercano.
En el tratamiento emocional entra en escena la psicóloga clínica de la Fiscalía, María de los Ángeles Tomalá Vélez. Ella revela que dentro del acompañamiento se busca libertar a la víctima de la culpa que le atribuye a un familiar, luego de enterarse del hecho indecoroso.
Uno de los errores del adulto, detalla la profesional, es que se increpa al menor de edad diciéndole ¿por qué no habló del tema? o le insinúa al abusado que le estuvo gustando la agresión sexual y por eso calló.
Esos detalles son revelados durante el peritaje psicológico, el que cada mes suma 25 nuevos violados de entre los 3 y 17 años de edad de los cantones Muisne, Atacames, Rioverde y Esmeraldas, que están.
Denunciar el hecho
Entre las secuelas que dejan los abusos sexuales son los trastornos de conducta, menor rendimiento académico, retraimiento o acciones violentas. “Al notar esos síntomas en el niño o niña lo primero es buscar ayuda profesional y enseguida denunciar”, recomienda la Psicóloga clínica, quien destaca que de esa forma se restituye en parte los derechos del menor de edad.
Una de las estrategias que utiliza la Fiscalía para no revictimizar es la Cámara de Gesell, que es un espacio donde el abusado con la ayuda del psicólogo narra el cómo, dónde y quién lo atentó, confesión que es legalizada por las autoridades que están detrás de un espejo unidireccional.
Dentro las sesiones psicológicas gratuitas que incluyen a familiares, se estima un periodo de mínimo de entre seis meses y un año, pese a que los profesionales de la psicología coinciden que los recuerdos pueden estar durante toda la vida.
“Muchos padres comente un error durante el tratamiento. Al notar que el niño o adolescente empieza a tener mejorías abandonan el proceso, eso está mal, ya que en mucho de los casos el abusado repite la acción con menores que él”, revela la psicóloga clínica de Fiscalía, María de los Ángeles Tomalá Vélez. (MGQ)
Casos en centros educativos
De acuerdo con la delegada provincial de la Fiscalía en Esmeraldas, Yanina Villagómez, ellos como institución receptaron tres casos de abusos sexuales dentro de los centros educativos.
Para evitar los abusos la entidad recomienda generar entornos de juego acordes a la edad, no una separación total, niños-adolescente-adultos, pero sí áreas donde haya mayor control de los profesores.
“En caso de abusos sexuales o violación presenten la denuncia ante la Fiscalía. Se garantiza la protección y reserva de la víctima”,
Yanina Villagómez,
Delegada provincial de la Fiscalía en Esmeraldas.
“No exclusivamente es que hayan aumentado los caso de abusos sexuales, sino que la gente ahora denuncia más y eso está muy bien”.
María de los Ángeles Tomalá Vélez,
Psicóloga clínica de Fiscalía.