El gas metano

LUIS LÓPEZ ESTUPIÑÁN

En esta misma columna hace pocos meses escribí sobre la gran contaminación ambiental que invade el mundo. Expresé en ese mismo artículo que el CO2 sería el causante de la destrucción del mundo. Los hechos así parecen demostrarlo. Existen grandes capitales de los poderosos países como China, India y otros que van en ese camino, donde ya no se puede salir de la casa, porque el ambiente afuera es tan tóxico que no podemos respirar y necesariamente hay que utilizar mascarillas oxigenadas para poder caminar en las calles de la muerte de esas grandes urbes, cuyas capitales sobrepasan a los 20 millones de habitantes.

Hace pocos años, Francia escogió su mar cercano para hacer pruebas atómicas explosivas; creo que el nombre de la zona es Atolón. Ahora las pruebas de misiles con cabeza nuclear atómica lo está haciendo Corea del Norte, pruebas que también las realizan en su turno Estados Unidos, China y Rusia. Aeroplanos, trasbordadores aéreos, millones de ellos cruzan nuestro cielo. Millones de vehículos ruedan escupiendo por sus escapes el CO2. Nos estamos asfixiando, pronto no tendremos aire puro que respirar. Repito estos conceptos hoy por lo importante del tema. La posibilidad de una guerra atómica es perceptible. Espero que nunca ocurra.

Hace pocos días leía en un suplemento del diario El Telégrafo, cómo se generan actualmente millones de millones de toneladas de gas metano, elemento parecido o igual al gas que utilizamos para cocer nuestros alimentos. Un descuido con la válvula del gas abierta puede causar una catástrofe o muerte. Yo no conocía que el gas metano lo producen las vacas y todos los animales de este tipo. Cuando una vaca rumea su comida de hierbas, en su hocico está generando metano y cuando defeca el metano es puro y se desprende, obviamente, hacia el espacio. Ese artículo señalaba que en África se deforestaron millones de selvas vírgenes para sembrar ganado y lo mismo aconteció en nuestro Amazonas, donde se talaron selvas vírgenes para convertirlas en hectáreas ganaderas, otros millones de cabezas vacunas.

Es fácil recordar que cuando se creó el imperio Norteamericano, sus primeros colonos fueron ganaderos. Miles de árboles de pino fueron cortados con hachas. No había la motosierra y esos árboles en la noche, sus troncos, eran quemados con petróleo, total, más imperios ganaderos y si sumamos todas las variantes, vamos a entender que el gas metano también nos ha invadido. Metano más CO2 es igual a muerte.

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