Esmeraldas y sus barrios

REALIDAD. En la ribera del Esmeraldas se contabilizan 23 barrios, según la Federación Cantonal de Barrios, en la mayoría demandan de atención para mejorar el buen vivir. Algunos viven en la insalubridad extrema.
REALIDAD. En la ribera del Esmeraldas se contabilizan 23 barrios, según la Federación Cantonal de Barrios, en la mayoría demandan de atención para mejorar el buen vivir. Algunos viven en la insalubridad extrema.
DAÑO. En La Propicia 2, al sur de la ciudad de Esmeraldas, algunas de sus calles lucen deterioradas. Pocos son los carros que circulan por el lugar.
DAÑO. En La Propicia 2, al sur de la ciudad de Esmeraldas, algunas de sus calles lucen deterioradas. Pocos son los carros que circulan por el lugar.
BENEFICIO. En 28 barrios del sur de la ciudad de Esmeraldas se hizo una intervención integral, en compensación a la contaminación de refinería. Se estima que en la zona suman más de 50 barrios.
BENEFICIO. En 28 barrios del sur de la ciudad de Esmeraldas se hizo una intervención integral, en compensación a la contaminación de refinería. Se estima que en la zona suman más de 50 barrios.
IMAGEN. No solo en los barrios se evidencian los daños en las calles, en diferentes vías de ingreso y salida hay huecos. Muchos ciudadanos optan por tapar los espacios con tierra a cambio de unas monedas.
IMAGEN. No solo en los barrios se evidencian los daños en las calles, en diferentes vías de ingreso y salida hay huecos. Muchos ciudadanos optan por tapar los espacios con tierra a cambio de unas monedas.
NECESIDAD. En los barrios no solo hay problemas viales y de alcantarillado, también varios de sus juegos recreativos están dañados.
NECESIDAD. En los barrios no solo hay problemas viales y de alcantarillado, también varios de sus juegos recreativos están dañados.

Entre los 220 barrios registrados en la ciudad de Esmeraldas están los que gozan de la mayoría de los servicios básicos, en cambio otros carecen hasta de una calle con asfalto, alcantarillado, agua potable e incluso sitios de recreación.

Fotografía y texto: Manuel Gonzales Q.