María Cristina Sáenz J. | Gaceta Cultural. Loja
El desarrollo y crecimiento de los niños y niñas es un proceso complejo y multifacético que depende de una amplia variedad de factores. Entre estos, el ambiente en el cual se desarrollan juega un papel crucial. Un ambiente sano no solo se refiere a la ausencia de enfermedades, sino a un entorno que promueve el bienestar físico, emocional, social y cognitivo de los menores. Diversos estudios han demostrado que el contacto con la naturaleza beneficia al desarrollo cognitivo como la inteligencia, la experimentación y la libertad, que contribuyen a aumentar su fortaleza física y emocional. En el contexto de Ecuador, un país con una gran biodiversidad y variedad de ecosistemas, la relación entre los niños y la naturaleza ofrece una oportunidad única para explorar estos beneficios en profundidad.
El desarrollo infantil abarca una amplia gama de aspectos; enfocándonos en los beneficios del entorno natural mediante el cual, contribuye al: Desarrollo físico: las actividades al aire libre, como caminar, correr y jugar, ayudan a mejorar la condición física de los niños.
La exposición a la luz solar facilita la síntesis de vitamina D, esencial para el crecimiento óseo. Desarrollo cognitivo: el entorno natural estimula la curiosidad y el aprendizaje. Los niños que interactúan con la naturaleza desarrollan habilidades de observación y pensamiento crítico, mejorando su rendimiento académico. Desarrollo emocional: la naturaleza tiene un efecto calmante y reduce el estrés.
Los espacios verdes ofrecen un refugio tranquilo donde los niños pueden relajarse y revitalizarse. Desarrollo social: los parques y espacios naturales son lugares de encuentro donde los niños pueden interactuar, jugar y desarrollar habilidades sociales, como la cooperación y la empatía.
En Ecuador, existen varios programas y políticas que están diseñados para promover el desarrollo infantil a través del contacto con la naturaleza, siendo una de las principales la Educación Ambiental ya que, mediante el currículo escolar incluye componentes ambientales, donde se enseñan temas relacionados con la biodiversidad y la sostenibilidad. Además, otro método relevante que debe ser llevado en conjunto con la educación ambiental es la visita a Parques y Reservas Naturales, el país cuenta con una extensa red de parques nacionales que ofrecen espacios seguros y educativos para que los niños interactúen con la naturaleza.
Finalmente una iniciativa importante a fomentar es la participación comunitaria en zonas rurales, donde desarrollan programas locales para involucrar a los niños en actividades de conservación y agricultura sostenible.
Por otro lado, debemos tomar en cuenta que las principales barreras existentes, como el acceso a un ambiente sano producto de la desigualdad socioeconómica. En nuestro país, las disparidades en el ingreso y el acceso a recursos básicos como la educación, la salud y la nutrición afectan negativamente el desarrollo de muchos niños. Las políticas públicas deben centrarse en reducir estas desigualdades, proporcionando apoyo adicional a las familias y comunidades más vulnerables.
Igualmente, el entorno físico juega un papel crucial en la salud y el desarrollo de los niños. La contaminación del aire, el agua y el suelo puede tener efectos perjudiciales en la salud infantil. En Ecuador, la contaminación ambiental es un problema significativo en algunas áreas, especialmente en zonas urbanas e industriales. Por lo cual es importante promover la regulación de emisiones contaminantes, la mejora de la calidad del agua y la gestión adecuada de los residuos. Además, es crucial educar a las comunidades sobre la importancia de un entorno limpio y saludable.
Finalmente, el desarrollo y crecimiento de los niños y niñas en Ecuador depende en gran medida de la calidad del ambiente en el que se desenvuelven. Un ambiente sano, que abarca desde la salud física y la nutrición hasta el acceso a la educación y el apoyo familiar y comunitario, es fundamental para su bienestar y su futuro.
Si bien existen desafíos significativos, como las desigualdades socioeconómicas y la contaminación ambiental, también hay muchas oportunidades para mejorar las condiciones de vida de los niños. Las políticas públicas y la participación activa de la sociedad son clave para crear un entorno que permita a todos los niños y niñas crecer sanos, felices y con el potencial de alcanzar sus sueños.
La construcción de un ambiente sano para los niños y niñas no solo beneficia a los individuos, sino que también fortalece a la sociedad en su conjunto, promoviendo un futuro más justo, equitativo y próspero para todos.
María Cristina Sáenz J.
Gaceta Cultural. Loja